No hay necesidad dicen los vecinos. Todo surge de una salida de un grupo de jóvenes que venían de un cumpleaños en la zona Campo Romero.
Y los chicos, arengando en estado de ebriedad destruyen sin sentido los que se les ocurre. Sería bueno, una vez más el control del alcohol, que es el iniciador del estado «deprimente» de algunos jóvenes.
El esfuerzo del loteador, donde invierte y que trata de que su loteo se vea bello. El contraste, una vez más el vandalismo presente.