Una vez más, la iglesia católica da muestra de antagonismo con la situación social del país. Los que somos católicos o los que pregonamos la paz y la reconciliación, queremos un Papa que sea capaz de brindar un saludo o una oración de apoyo espiritual para los que lo necesitan.
Ni Cristina, ni Macri ni ninguna figura con alto poder mediático es más importante que la palabra de Dios. Francisco se ha encargado de menospreciar al pueblo argentino.
Podrá venir en los próximos años, o no vendrá, pero algo está claro. Francisco no es del pueblo. Para verlo, para escuchar su palabra o tener su bendición, hay que comprar un boleto al Vaticano, o seguirlo en una de sus peregrinaciones mundiales.
La desilusión por una palabra de fe, de amor, de reconciliación y/o de esperanza la esperaba de Francisco. No de Macri ni de Cristina o alguno mediático. Una lástima, una vez más.
Qué vergüenza: tenemos la máxima autoridad de la iglesia católica de nacionalidad Argentina. El Santo Padre habla nuestro idioma, defiende y Lucha para que los gobiernos del mundo entero trabajen en pos de la unidad, del amor, la entrega y respeto al pueblo protegiendo a los pobres, los ancianos y los trabajadores, pero eso no sirve, no alcanza y hay que difamarlo con la cortina de que no viene porque no nos quiere, no le importamos y no nos bendice. Argentinos: cuándo vamos a crecer y valorar lo nuestro? Francisco es el Papa más Pastor y más sucesor de Cristo de la historia. Jesús no fue neoliberal sino popular y Pancho 1 es su costilla. Respeto para su Santidad Francisco, el Papa del mundo con olor a oveja.