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Los empresarios se quejan porque la bolsa de harina de 50 kilos costaba 210 pesos en febrero y trepó hasta los 700 pesos actuales, lo que representa un ajuste cercano al 300 por ciento, además del impacto por los ajustes en tarifas y por la informalidad que existe en el sector.
Sobre la suba de las tarifas, los panaderos sostienen que aumenta todo el tiempo todo; si se aumenta el pan, la gente no compra y yo se pueden pagar los impuestos.
José aclara que si sube solo la luz, uno podría decir bueno, aumento un poco el precio del pan. Pero aumenta también el gas, los impuestos, el alquiler, la harina, la levadura, el mejorador del producto.
La realidad es que hoy el kilo de pan debería estar entre 80 ó 90 pesos, consideró y pidió que el gobierno se siente con los productores molineros para fijar un precio interno de la materia prima.
