El temor ante los riesgos de salud asociados al agroquímico ha detonado en Argentina movimientos populares que se oponen a su uso.
Federico Galera, integrante y activista Red Universitaria de Ambiente y Salud – Médicos de Pueblos Fumigados, una organización no gubernamental aclara parte de la realidad en Río Tercero. Galera y su equipo acaba de terminar un relevamiento en uno de los barrios fumigados de Río tercero, barrio El Portal y si bien falta la comparativa con una muestra de control (es decir de familias de barrios no cercanos a las fumigaciones), los resultados ya están dando señales de alerta, en especial en las casas que están más cerca de la calle que limita con los campos fumigados
La organización ambiental aclara que: la ley provincial 9.164 que regula el uso y aplicación de agrotóxicos es obsoleta ya que es del año 2.004.
Desde ese entonces hasta la fecha se duplicó la cantidad de kgs. de agrotóxicos por hectárea, por lo que los vecinos de los campos están expuestos al doble de cantidad de agrotóxicos que cuando se promulgó la ley.
Esta ley, hecha a medida de los productores agropecuarios ya que clasifica al glifosato como «banda verde» que sería prácticamente inocuo para las personas según estudios realizados por las empresas que lo fabrican, cuando hay numerosos estudios independientes que lo asocian con malformaciones, abortos espontáneos, alergias, celiaquía, disrupciones hormonales, cáncer, alzheimer, etc.
ANTECEDENTES
El municipio de la ciudad argentina de Gualeguaychú, en la provincia de Entre Ríos cerca del río Uruguay, aprobó una ordenanza que prohíbe el uso, la venta y la comercialización del herbicida glifosato —clave para la soja transgénica— en las 33.000 hectáreas que están bajo su jurisdicción.
Se trata de la ciudad número doce que en Argentina adopta una medida similar y la tercera en esa provincia.
“Hubo convocados y participaciones espontáneas de la sociedad a través de ongs ambientalistas y vecinos con historias dolorosas, con pérdidas de niños y enfermedades; también miembros de asociaciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); el Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid)”, menciona.
La conclusión fue que “el glifosato afecta a las personas porque no sólo se están fumigando los campos” sino también en áreas urbanas. Quienes argumentaron en contra de la medida no negaron los problemas de salud, pero pidieron controles en lugar de prohibición, contó el concejal.
Las anteriores ciudades argentinas que habían prohibido el agroquímico habían sido las patagónicas Bariloche (2010), El Bolsón (2015), Cholila (2015), Lago Puelo (2015) y Epuyén (2015), así como Montecarlo en Misiones (2015, luego revertida), General Alvear en Mendoza (2017) y ciudades más cerca del núcleo sojero como Rosario (2017), Rincón (2018), ambas de Santa Fe, y las entrerrianas Paraná (luego vetada) y Concordia. La provincia de San Luis tiene una disposición similar.
Muy importante con urgencia se realizen las estadísticas de salud. A su vez hacer eco de la situación con otros medios locales, provinciales y nacionales.