Otro incremento de al menos el 10% regirá en los combustibles desde julio próximo, según estimaron desde la Federación de Expendedores de Combustibles del Centro de la República (FECAC).
Será una vez que venza el acuerdo al que suscribieron petroleras y Gobierno para congelar por dos meses los incrementos. La suba, no obstante podría ser mayor si se tiene en cuenta que desde principios de mes el dólar trepó un 15%, el barril de crudo creció un 8% hasta superar la barrera de los u$s 80 y el bioetanol, que define buena parte de los precios del combustible, se encareció 8,4% promedio. Con todo, las tres variables que fijan el costo de las naftas desde que el Gobierno liberó el mercado acumularon un alza que roza el 40% y su impacto todavía no se trasladó a precios. Esto podría suceder una vez levantado el congelamiento. De hecho, según los cálculos de los estacioneros, el litro de Súper YPF debería cotizar, como mínimo, por encima de los $35.
Hasta ahora, en lo que va del año los combustibles acumulan una suba del 13,5%. El último aumento fue el mes pasado, cuando el precio de la nafta súper quedó en $25,79; y el de la premium en $30,27, en estaciones de Servicio Shell. Mientras que la Fórmula Diesel se estableció en $23,11; y el V Power en $27,34 .
En el caso de YPF, la nafta súper se fijó en $25,24; en tanto, que la Infinia subió a $29,28. Para el diésel, los precios de referencia de la D500 quedaron en $22,06; y el de la Infinia Diesel trepó a $25,70.
Al igual que con el dólar, si sube el combustible, en nuestro país, “sube todo”. Producto de la falta de logística, es probable que los fletes sufran un nuevo encarecimiento que luego se replicará en las góndolas. Tampoco se descarta el impacto en el transporte de pasajeros, donde ya se programó un aumento para el mes que viene.