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El Gobierno evalúa darles a las Fuerzas Armadas tareas de seguridad interior, específicamente en la custodia de recursos naturales. Entre los ejemplos que analizan en la mesa de seguridad –donde nada está resuelto aún– está la vigilancia de Vaca Muerta o de las centrales nucleares de Atucha.
Eso liberaría a gendarmes, que podrían ser destinados a otras funciones. Toda la evaluación tiene un tinte claramente represivo. No obstante, sin necesidad de un anuncio oficial, ya hubo sectores del Gobierno que salieron a diferenciarse. Ayer el ministro de Justicia, Germán Garavano, dijo desconocer esas conversaciones y advirtió: “No creo que sean la mejor herramienta”, destacó.
EL cambio del radical Julio Martínez por el radical-macrista Oscar Aguad en el Ministerio de Defensa iba a venir acompañado por una modificación de las cúpulas de las Fuerzas Armadas por sectores más proclives a la intervención en seguridad interior. La crisis del submarino ARA San Juan retrasó y desdibujó esos cambios.
De hecho, hace tiempo que vienen prestando “asistencia logística” en tareas contra el narcotráfico. Eso incluye desde el uso de aviones para el patrullaje hasta tareas que entran ya en una zona gris. “A un camión de Gendarmería que va en busca de narcos lo puede acompañar un camión del Ejército que se queda atrás, brindando apoyo logístico.
El diario La Nación dio cuenta de una reunión el miércoles pasado en la Quinta de Olivos de la mesa de seguridad nacional, coordinada por el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, de la que participaron Bullrich, el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, y el ministro de Defensa, Aguad. En ese encuentro se habría hablado de derogar el decreto 727 de la época del presidente Néstor Kirchner en el cual estableció, siguiendo las leyes de Defensa Nacional y Seguridad Interior, que las Fuerzas Armadas no pueden intervenir en cuestiones de seguridad interior.
Solo pueden actuar ante “agresiones de origen externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otros Estados”. En el Gobierno actual buscan ampliar esa definición en consonancia con las definiciones de Estados Unidos de “amenazas asimétricas”: acciones de grupos terroristas, ciberataques y otras acciones que no necesariamente acomete un Estado.
También se podrían utilizar en las fronteras para liberar gendarmes. Los otros ejemplos a los que recurrieron son la custodia de las centrales de Atucha o bien de Vaca Muerta. “En Vaca Muerta, en lugar de 200 gendarmes, se ponen 200 soldados. Lo mismo con Atucha”, indicaron. Detalle: en Vaca Muerta, el principal foco de conflicto es con los pueblos originarios que reclaman territorios.
“Las Fuerzas Armadas hoy ayudan a las fuerzas de seguridad”, indicó otro de los funcionarios que define la política de seguridad. Entre las opciones en estudio, la custodia de recursos naturales la podrían intentar incluir sin modificar la legislación vigente.
No hubo mayores intentos de desmentir o confirmar la posibilidad de que las Fuerzas Armadas intervengan en seguridad interior, lo que indica que la iniciativa se encuentra todavía en una instancia de evaluación muy temprana o incluso podría significar que se trata de un globo de ensayo de los que nunca terminan de concretarse.
Fuente: Página 12
