RÍO TERCERO/ HISTORIAS DE VIDA/DANILIO, PARTE FINAL A continuación la parte final de la historia de un drogadicto de cocaína, que realiza hace varios meses en al Comunidad Terapéutica Nuestra Señora de Luján de César Tapia. Esta cuento es un caso testigo de las consecuencias de las drogas, del papel importante de la familia.
- ¿Estás limpio de cuerpo y de alma? De mi alma me siento muy aliviado. A través del tratamiento en la Comunidad Terapéutica se el corazón se empieza ablandar, sobre la coraza que tiene el corazón de no sentir der no tener sentimientos.
Se empieza a caer esas piedras, luego de meses de estar en el Centro y de estar desintoxicado. Y empieza el corazón a latir, por eso empezamos a extrañar.
Empezamos a llorar, luego de tantos años de no hacerlo. Porque eso hace la droga no te deja llorar. El estado de dureza por tanto consumo te lleva a no sentir, ni alegría ni tristeza y lo único que se quiere cuando sos adicto es inhalar o tomar alcohol o vivir una película que no tiene final.
Estuve tres meses sin poder ver a la familia, porque es parte del tratamiento, primero estuve internado en un neuropsiquiátrico en Santa María de Punilla un mes. Ahí me hicieron un lavaje de sangre, a través de sueros y vitaminas para uno ir limpiando el cuerpo. Luego me trasladaron a la Comunidad de Nuestra Señora en Río Tercero.
- ¿Cómo es un día en la Comunidad Terapéutica? Uno se levanta temprano, como un día laboral, tipo 7. Rezamos una oración a la Vírgen. Desayunamos todos juntos en una misma mesa, contamos como dormimos, si soñamos, que pensamos. Luego hacemos oficios en la granja, algunos vamos afuera del predio a pintar piletas, clubes.
Por ejemplo yo me hice mi huerta, otros están el parte de animales. Tengo lechuga, pimientos todo para el consumo, es una tarea que oxigena la cabeza y sobre todos buscas la satisfacción.
La Comunidad me dio ganas de patear una pelota de fútbol.
- ¿Y un día extraordinario en la Comunidad? Todos los días aprendemos algo nuevo, con la terapia con los psicólogos se aprende algo nuevo. Además, aprendemos herramientas para el día de mañana cuando vengan nuestras familias podamos pasar un día lindo y poder contar las cosas que teníamos guardado en lo más profundo a nuestros familiares, para que ellos sepan cuáles son los errores de la familia.
La problemática empieza en la familia, no tienen culpas los políticos ni los deportistas que se drogaba ni el músico cantando y culpando que hacía apología de las drogas.
Empieza por nosotros, por la educación en la casa, por terminar de hacer duelos de un ser querido, y poder compartir con la familia un almuerzo y decir lo que sentimos ese día.
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- ¿Qué sentís cuando ves a un compañero en la Comunidad triste? De eso se trata la Comunidad Terapéutica, cuando uno está mal, nos acercamos y entre todos tiramos para adelante. De poder seguir haciendo el tratamiento juntos para salir de esta adicción. No es fácil, pero si su puede. Fácil es estar afuera drogandosé.
Difícil es “tener huevos” para estar adentro.
- ¿Cuáles son tus fantasmas? Me hago cargo de que hice completamente infeliz a mi mujer, a mi familia. Es algo que quiero revertir. Es algo que estoy agradecido a mi esposa, hace trece años que estoy con ella y siempre estuvo al lado mío a igual que mis padres. Y por supuesto el amor incondicional de mis hijos.
Pasaron tantos años, que para mi fueron semanas, 17 en total y 13 años con ellos, prácticamente les destruí la vida. Si me hubiera dado una sobredosis y morir les hubiera destruido el corazón a mis hijos. Ahora los miro a mis hijos y me doy cuenta cuanto los amo. Y cuando están haciendo por mí.
Mi señora está trabajando sola para poder mantenerlos a ellos, mis viejos le dan una mano. La droga te quita todo y ahora estoy aprendiendo a vivir.
VIVIR ES UN DETALLE QUE A VECES OLVIDAMOS
La problemática de pagar las cuentas, nos olvidamos el detalle que es vivir la vida.. Hay que hablar con los hijos de los problemas, del sexo, de las drogas, prevenirlos de los narcos, que no todo el mundo es bueno.
- ¿Quiénes son los ofrecen drogas? Ocho años he sido repartidor, y luego estuve cinco años como colectivero. Cuando he ido a lugares remotos del norte de la Provincia que pareciera que ahí era imposible, pero había droga. Pueblos de cien habitantes y había narcotraficantes. Ahora, se consigue a la vuelta de la esquina.
Hay que prevenir y difundir los espacios como la Comunidad terapéutica Nuestra Señora de Luján de César Tapia que se pueden hacer tratamientos. La gente de la ciudad tiene que estar orgullosa de tenerla. Los invito para comer un asado, o tomar unos mates
- Es común escuchar a César Tapia invitar a la comunidad. Inclusive para los chicos que están en el consumo que se animen y que vean. La única forma de salir de las adicciones es buscar ayuda.
- Es una luz en el túnel. Si, solo es muy difícil. Y en forma ambulatoria hay que tener mucha fuerza de voluntad. Se puede hacer, pero se necesita ayuda piscológica.
- ¿Dónde está puesta en el altar tu mujer? Está en lo más alto, es la persona que me hace recordar que hay alguien ahí afuera que me está esperando, que tengo un hogar. Ella está al lado de la Virgen María en el altar.
Como toda mamá, como mujer, juega un papel fundamental en un hombre. Gracias a Dios me la puso en el camino, estor agradecido por todos lo que hice por mi.
- Entre el consumo y el delito el espacio es muy pequeño. Si, la necesidad de consumir y de la abstinencia de no poder consumir por dos días te lleva a robar.
- ¿Cuál es tu futuro? Esto es lo que te ayuda de estar en la Comunidad, a medida que uno se va haciendo de herramientas para ir sanando su cabeza o su alma, uno de los objetivos que me puse es comenzar una nueva vida de cero.
Tomé la decisión de quedarme a vivir acá en la ciudad, para alejarme de los puntos de comercialización de cocaína conocidos. Aprovecho a la gente de la ciudad, a empresarios o negocios, lo que sea en busca de un trabajo. Pretendo conseguir un trabajo, ganas de vivir de trabajar.
Acá en Río Tercero he vuelto a nacer a vivir.