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EDITORIAL/ Una vez más, la imagen negativa de la empresa del Estado, Fábrica Militar de Río Tercero está sostenida por actos silenciosos, ocultos y poco transparentes. Las paradas de las plantas químicas en la FM de Río Tercero son una muestra del manejo vertical y ciego de las políticas de la empresa.
Días atrás, en el mismo seno de la empresa, se reunieron el interventor de DGFM, directivos, además con la presencia del Ministro Avalle y empresarios en busca de unidades de negocios.
Tal hecho fue una vez más, una muestra de una luz de esperanza para poder sacar a FM de un largo letargo productivo. En ese caso, sólo algunos pocos medios neoliberales cubrieron el evento.
Esta semana, por información del gremio ATE, se conoció la parada de las plantas químicas de sulfúrico y nítrico. En ese sentido, Damián Albornoz, dirigente gremial aduce que las paradas no tienen justificación técnica ni económica, que se deteriora la planta y se pierden cifras diarias importantes de ventas y de producción, además de desgastar psicológicamente a los trabajadores y a sus familias.
Desde el gremio apuntan al Director Tte. Cnel. Augusto Taddeo quien de forma caprichosa, sin sentido y arbitraria toma tal medida.
También, hay que decir y reafirmar que la comunicación de FM es cerrada y nula. Ni desde Dirección de Río Tercero ni desde el sector de Comunicaciones de Buenos Aires hacen declaraciones.
¿Para qué promocionan la apertura de unidades de negocios, si la comunicación es nula? Esa postura comercial es inentendible a la hora de hacer negocios.
Desde la Intervención Nacional, y los directivos mostraron en una semana las bondades de FM Río Tercero, a la semana siguiente la misma empresa está envuelta en crisis ambientales con escapes de gases.
Luego, la comunidad recibe con beneplácito la colaboración de personal de FM en la elaboración de leche chocolatada para la fiesta patria que se realizó ante 20 mil personal en la ciudad de Río Tercero.
Por último, las paradas de las plantas químicas sin comunicación alguna a empleados, gremios y comunidad, genera incertidumbre.
Deben entender los directivos, que FM es parte de la comunidad y por consecuencia el interés comunal de saber de su producción química y metal mecánica, de sus errores ambientales, de su futuro, de la gente que trabaja, y sobre todo de comunicar, algo básico a la hora del diálogo.
