La Provincia diseñó una cartilla para los colegios. ¿Y el mapeo de la situación en Río Tercero?

La primera consigna de la cartilla es “animarse a preguntar” y es un axioma del que se van desprendiendo los demás.

Aunque no existen estadísticas concluyentes, los profesionales de la Provincia señalaron que se requieren más actuaciones en el interior que en Córdoba capital y que su principal zona de acción son las escuelas.

“Nuestra experiencia se basa mucho en el joven especializado porque no es un dispositivo que hayamos inventado, sino que responde a lineamientos que se usan en todo el mundo, en el que se trabaja no sólo para llevar un mensaje preventivo, sino también para darle elementos al joven para que pueda detectar situaciones parecidas en su medio”, indicó Alejandra Rossi, responsable del programa.

Crisis. Uno de los parámetros que surgen de los estudios científicos es que la decisión del suicidio se produce en personas que padecen situaciones de crisis pero originadas en problemas transitorios.

Por eso, los preventores provinciales apuntan, sobre todo, a aclarar esa situación, a remarcar que se trata de problemas transitorios y que, por lo tanto, pueden resolverse. Los especialistas también tratan de atacar cierta aureola de romanticismo que suele desprenderse de casos de famosos que han decidido quitarse la vida.

En la cartilla se advierte que debe prestarse atención a ciertas señales. “Hay gestos, actitudes, comportamientos y expresiones que constituyen señales que habría que tomar en cuenta”, plantean en la Provincia.

Algunas de esas señales son:

• Aislamiento de las amistades, familiares y actividades regulares.
• Descuido inusual de la apariencia personal.
• Cambio notorio en la personalidad.
• Pérdida de interés en las actividades que hasta ese momento eran consideradas placenteras.
• Decir que uno es un problema para los demás.
• Arreglar asuntos pendientes y regalar pertenencias.
• Alucinaciones o pensamientos extravagantes.
• Despedirse de personas queridas.
• Dificultad para comunicarse.
• Cambios en los hábitos alimenticios y de sueño.
• Percepción de una baja capacidad para resolver los problemas.

Los especialistas provinciales también puntualizaron que son falsos algunos mitos arraigados sobre el suicidio. El principal es el que dice: “El que lo dice no lo hace”. La estadística demuestra que, de cada 10 que acabaron con su vida, 8 manifestaron previamente sus intenciones.

Otro error usual es plantear que solamente las personas que están deprimidas se suicidan y los preventores cordobeses que elaboraron la cartilla sobre la base de las experiencias destacan que sólo en algunos casos hay un cuadro de depresión.

Hay otras dos falsas verdades que fundamentalmente cuestionan los miembros del Programa Provincial de Prevención del Suicidio: “Es un acto impulsivo e inevitable” y “Quien se quiere suicidar no cambia de opinión”.

Los especialistas cordobeses precisan que si la primera premisa fuera cierta no habría manera de determinar si una persona está en riesgo. En cuanto a la segunda, plantean que también es falsa porque las personas son ambivalentes y tienen como intención principal terminar con la crisis y no con la vida.

“El consejo es animarse a preguntar y hacerlo sin temores; buscar referentes de confianza, no juzgar ni retar; mantener una actitud empática y colaborativa; no subestimar la crisis por la que está atravesando la persona; acompañarla y persuadirla de buscar ayuda”, recomiendan desde el programa provincial.