RÍO TERCERO/ PANDEMIA DEL CORONAVIRUS/ La crisis sanitaria y su impacto en la economía en las pequeña y mediana pyme es evidente con un saldo negativo. Para muchos, las crisis son oportunidades, para otros es coyuntural. José Posetto, es un comerciante de la ciudad que tiene la representación de Placas San Francisco, obligado por las actuales circunstancias, el emprendedor buscó una salida laboral para sostener la estructura de si comercio.
«Estamos pasando un momento desgraciado, que se repercute a nivel nacional. De mi depende un grupo de personas que necesitan seguir comiendo y viviendo», arranca el diálogo con el OJOWEB.
José cuenta su realidad
Al no ser un sector autorizado, el nuestro en esta cuarentena, ni por la actividad privada ni por la obra pública estamos vedados de trabajar. Actualmente empecé con la comercialización de insumos médicos como mascarillas, tapa bocas, barbijos de todos los tipos, con un grupo de empresarios en Córdoba que integramos Apyme, que fabricamos y comercializamos para poder seguir generando algún ingreso y nos ayude a mantenernos con la infraestructura.
No voy a salir de la construcción en seco, de la construcción social, pero en estos momentos que no puedo trabajar tengo que hacer otra cosa, por mi salud mental y además el hecho de seguir generando un dinero para cubrir el pago semanal para mantener la estructura.
Con los barbijos, tenemos un buen precio, lo dejamos para que el comercio pueda venderlo a 45 o 50 pesos al público. Es de alta calidad, con doble tela antibacteriana, esterilizados totalmente y son de producción industrial.
Estamos con Ezequiel Migliore de incorporar batas, cofias y cubrebotas, solo faltaría una vuelta de rosca para un crédito para incorporar una maquinaria que es esencial.
- Muchas quejas de comerciantes, que no reciben ninguna ayuda en esta cuarentena, ni subsidios ni créditos. Nada, es nada. Primero, hay que decir que los bancos no están ayudando para nada y eso que ganaron una fortuna toda la vida.
Es más, ayudan a cuentagotas a las personas bancarizadas, el resto quedamos totalmente afuera. Inclusive pagar una tasa del 24% de interes para pagar sueldos, cuando no se trabaja me parece injusto.
- ¿Cómo hizo, con el pago del alquiler? En mi caso, tengo un buen propietario que me condonó un mes. El señor Carlos Esnaola, al que le alquilo su local en Uruguay y Belgrano me perdonó un mes. Es más, me trajo personalmente el recibo. Un verdadero alivio.
- El Municipio o el Centro Comercial, ¿lo llamaron para ofrecer alguna asistencia? No nadie. Sé que ellos, están tratando de hacer cumplir el protocolo. Pedí un permiso para trabajar y me lo denegaron, porque no estoy dentro de las necesidades esenciales. Apareció un trabajo puntual en una clínica, pero es puntual. Lamentablemente si esto se extiende mucho nos vamos a encontrar con una situación muy crítica.
Con el Centro Comercial, yo fui parte y además soy partícipe de un grupo de comerciantes y empresarios que nos pasamos noticias en forma permanente. En mi caso, el Cecisa está siempre, viendo adonde canalizar el reclamo.
- Cómo piensa que va a seguir esto? Pido que con todo lo que se preparó para luchas contra el COVID-19 para aplanar la curva y no colapse el sistema sanitario sirva, para que hoy nos deberían dejarnos trabajar, siempre con los recaudos que se necesitan.
En mi caso, ir a levantar una tapia o hacer un techo o una impermeabilización, ya que es menos riesgoso que se contagien a estar dentro de un supermercado o dentro de una farmacia.
En cuanto al negocio, la mutuación se va a dar con el tiempo, porque pueden salir más alternativas. Hoy estoy haciendo esto por una cuestión de necesidad y poder mantener la estructura. Estimo poder trabajar de lo que yo sigo haciendo siempre.
- Usted me comentó que viaja a Córdoba, en busca de la mercadería para vender barbijos y demás cosas. ¿Hay controles por allá? No hay ningún tipo de control en Córdoba, no vi ningún tipo de control, entramos por circunvalación y se ven los negocios cerrados, pero mucho movimiento en la peatonal, gente en bicicleta.
La nota muestra la cruda realidad.