SALUD/ 31 DE MAYO/ DÍA MUNDIAL SIN TABACO/ POR MÓNICA MENA ROA/ Los efectos negativos del humo de tabaco son bien conocidos, pero ¿qué hay de los posibles efectos positivos de dejar el hábito? Repasar los beneficios a corto, medio y largo plazo de no volver a encender un cigarrillo es, sin duda, una buena manera para que la fuerza de voluntad se imponga al tabaco.
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Como muestra el informe del Día Mundial sin Tabaco publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo 20 minutos después de fumar ya se empiezan a notar los primeros cambios físicos, como el descenso del ritmo cardíaco y la presión arterial, que recuperan sus valores normales.
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Si mantenemos el cuerpo sin tabaco al menos doce horas más, los niveles de monóxido de carbono en la sangre disminuyen y, después de de dos a doce semanas, la circulación mejora, así como el funcionamiento de nuestros pulmones.
Entre las mejoras de salud a largo plazo de no encender un cigarrillo nunca más se encuentra, lógicamente, la disminución de las probabilidades de padecer las grandes enfermedades asociadas con el tabaquismo.
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Entre ellas, la prevalencia de un cáncer de pulmón (que en diez años se reduce a la mitad) y el riesgo de enfermedades coronarias, como el infarto, que en quince año se iguala a la de un no fumador.
En solo un plazo de uno a cuatro años, el exfumador cuenta con un riesgo total de fallecer de alrededor de la mitad de un fumador.
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