….no venimos “pidiendo permiso”, venimos “exigiendo”

Señora Presidenta del Concejo Deliberante:

Me preguntaba en estos días, si alguna consultora de opinión, publicara una encuesta que planteara: ¿Quién está de acuerdo con la violencia o la violencia de género?

Me respondí: ¡Qué impertinente sería aquel que respondiera que sí!
Me sorprendí, de lo fácil y cómodo que es decir “eso” lo que está socialmente acordado.

Ahora bien, creo que debemos ser responsables en esos debates públicos, porque podemos quedar acorralados por ese discurso que proclamamos. Antes, deberíamos reflexionar sobre dos cuestiones:

La primera: ¿qué hacemos desde las instituciones sociales (todas, incluidas las familias) para frenar la escalada de violencia?

La segunda: ¿qué hacemos concretamente, en acciones cotidianas para erradicarla?

Tenía 18 años cuando leí a Simone de Beauvoir y cada vez que la releo, entiendo la vigencia y contundencia de su obra. Ella plantea, que si desde la más tierna infancia, niños y niñas fueran educadas bajos los mismos parámetros, frente a las mismas oportunidades no dejaríamos a las niñas en la dicotomía de “ser mujer” o “nada”, sino frente a la posibilidad de elegir ser ingenieras, científicas o deportistas.

Y justamente eso es, la ESI, que desde el 2006 en nuestro país es ley. Se trata de trabajar en todas las etapas del ciclo escolar con el objetivo de abordar de manera transversal e integral todos los aspectos de la sexualidad humana.

Para lograr el cambio de paradigma que necesitamos en “perspectiva de género”, cambio cultural sobre las estructuras que se entraman en lo social y lo cotidiano, para modificar estereotipos y avanzar en equidad e igualdad entre ciudadanos.

Esta no es una lucha contra nadie, es una lucha contra un orden social que estipula roles sobre cuestiones naturales, y como nada de lo que sucede al sujeto en natural, es necesario desnaturaliza y como dice Simone al final de ese maravilloso libro: “Tiene que triunfar el reino de la libertad en el seno de lo establecido, para alcanzar esa suprema  victoria es necesario, entre cosas que, por encima de las diferencias naturales, hombres y mujeres afirmen sin equívocos su fraternidad.”, pág. 725.

Y aquí estamos, sabiendo desde hace rato lo que hay que hacer, cuál es el objetivo,  pensando en los dos cuestionamientos que hacía más arriba, entrando en el terreno de la necesidad de acciones concretas. Es este Concejo Deliberante, del que soy parte y en el que pasan muchas cosas, que también pasan estas: hoy estamos aprobando dos herramientas concretas.

Una, por iniciativa del bloque Hacemos por Córdoba con quienes nos sentamos a repensar esta ordenanza juntos y luego la nueva Jefa del Registro Civil acompañando entusiastamente. Y otra, por el DEM, que establece la creación del “Programa de prevención, protección y asistencia en situación de violencia de la mujer, de género y diversidad de géneros” que tendrá por objetivos algunas acciones formativas sobre estas cuestiones.

Celebramos ambas iniciativas y las acompañamos porque todos los pasos que demos a favor de las libertades son valiosos.

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Una cosa más sra. Presidenta, para “excusarnos” a las mujeres cuando somos vehementes, apasionadas, algo brujas o “locas” en esta lucha, pero tenemos que entender señora Presidenta, que no venimos “pidiendo permiso”, venimos “exigiendo” derechos, por nuestras madres, por nosotras y por nuestros hijos para que elijan la identidad que elijan  y puedan realizar sus proyectos de vida en libertad.

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Nada más señora Presidenta. Muchas gracias.

Lic. Prof. Nadia Atensia,  Concejal Bloque UCR