POR NADIA ATENSIA, CONCEJAL DE LA UCR / NOTA DE OPINIÓN /
Estamos frente a una fecha muy especial, 25 años de aquel día que marcó la vida de cada ciudadano que se siente parte de nuestra comunidad. Digo esto, porque también existen historias que se vivieron en otros lugares del mundo, siguiendo la búsqueda de las familias, es decir, hubo 45.000 relatos acompañados de muchos otros.
Podríamos poner en nombre propio nuestro dolor como pueblo y mencionar a los ciudadanos que perdieron su vida ese día. O podríamos hacer un análisis geopolítico, histórico, sociológico, psicológico o cultural….
Todas esas miradas serian válidas y complementarias, porque el análisis sobre el impacto en la vida cotidiana, nos hace más humanos reconociendo el dolor y el sufrimiento. Y la mirada global, nos hace ciudadanos críticos, superar la angustia, porque comprender que un Estado se encuentra involucrado en la venta ilegal de armas siendo casco de la paz, nos compromete con la acción y la necesaria memoria.
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Cuando me preguntaban quién era de niña, era EMPLEADO 8339, yo era la “Prole” de aquel empleado de calidad de la Fábrica Militar, que festejaba mis cumples en la tablita, y luego de adolescente, aprendía a soldar en los talleres de nuestra querida industrial. Verano e invierno pasaba mis días, ida y vuelta por las calles de ese barrio.
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Para mí, como para tantos otros, la fábrica es parte de nuestra identidad asociada a recuerdos nostálgicos que dan seguridad y bienestar, y nadie podrá cambiar eso. Hoy, aquí, ahora… pedimos todos juntos!
Superando cuestiones partidarias, individualistas o egoístas, con más certezas y más convicciones que nunca. Reconstruyendo desde siempre nuestras casas, nuestros hogares, nuestras vidas… un poco más esteros (por eso de que el tiempo a veces hace que duela menos…), sabiendo que somos todo lo que fuimos, pero también somos esto que hacemos…
Espero que esta ordenanza que aprobamos en el Consejo Deliberante no sea un documento histórico de un pedido más, confío será un punto de inflexión en una nueva etapa de nuestra historia de reparación y recuperación como ciudad.
No sé si es posible que nos devuelvan aquella media primavera, pero si nos merecemos seguir mirándola con esperanza… que nuestros niños y jóvenes recuerden siempre que nadie puede robársela ¡nunca más!.