POR DARÍO COMBA / RIO TERCERO DEL AYER Y DE HOY…
En la calle Acuña al 311, permanece intacta, lo que sería la última sobreviviente en lo que a casas respecta en la margen sur de las vías del tren, donde el «progreso» fue despiadado con el patrimonio de la época fundacional.
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La casa, fiel al estilo de esos años, tiene al ingreso, un generoso salón de unos 10 x 10 metros, con su religioso sótano y pisos de pino tea, aún intactos y en la parte posterior, lo que toda casa tiene: sus dormitorios, baños y cocina.
Cuenta Alba, a quien agradezco su gentileza, que ahí, su padre y madre tuvieron por décadas el bar comedor que fue un clásico y por el que desfilaban familias de otros pueblos que venían de compras y ataban sus sulkys en los aros que aún están en el cordón de la vereda, y que antes de volver a su pueblo, se hacían tiempo para una picadita un bar de carácter familiero al que también asistían muchos colimbas que tenían franco algunos fines de semana y dada la distancia a sus pueblos, almorzaban y cenaban ahí, sintiendo en el matrimonio Manchina, esa cosa de hogar que tanto extrañarían.
También eran asiduos, los planteles de fútbol después de las prácticas, quizás, toda esa buena energía de tanta gente, ha sido el hechizo que mantuvo en pie a esta joya, hechizo que ojalá, jamás se rompa.
Acá algunas fotos, no pude obtener una foto completa de su fachada, porque un par de árboles me lo impidieron.