POR DANIEL ROTTI, DIRIGENTE DEL PRO / NOTA DE OPINIÓN
Desde marzo el Gobierno argentino impuso una cuarentena nacional como en ningún lugar del mundo se hizo, para combatir la pandemia de COVID-19, actualmente la incertidumbre y la desconfianza se sienten tan contagiosas como el virus, estamos perdiendo nuestros derechos, la percepción es que el gobierno nacional, fortalece su mandato, desmantelando controles y equilibrios, escapando de este modo de la rendición de cuentas.
El respetar los derechos de los trabajadores, no solo es la decisión correcta por una cuestión de principios, sino que es también fundamental si se quiere proteger la salud de la población en vez de su propio control del poder.
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Ha llegado el momento de diseñar un plan económico para la Argentina con un razonable consenso técnico, ya basta de seguir ajustando la clase trabajadora, depende de la dirigencia política municipal, provincial y nacional comenzar a demostrar verdaderos esfuerzos, urge mostrar consensos sobre el camino a seguir, comenzar a gobernar, manifestar auténticas soluciones, haciéndose cargo de sus responsabilidades, por los cuales fueron elegidos para representarnos, basta de querer limpiar sus culpas, afrentando a quienes los antecedieron.
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Está a la vista la crisis que afecta a toda la sociedad, aunque impacta muchos más a los hogares que perciben ingresos medios-bajos y bajos y en la actualidad que están en situación de vulnerabilidad.
La pobreza vuelve a perforar el casi mítico 40%, como lo hizo en los años críticos 1989 con la crisis de la hiper-inflación y en el 2001 con crisis de la convertibilidad. Deberán reverse medidas arbitrarias que se toman desde el Estado, como:
- Generar nuevos cargos públicos, asesores y empleados con sueldos elevados, utilizando el amiguismo.
- Seguir subiendo los sueldos de los Señores que están en cargos superiores de Gobierno Tomar medidas adecuadas como:
- Reestructurar el IVA en los alimentos.
- Realizar una reforma laboral para beneficiar a las Empresas a expandirse e incorporar empleados.
Es hora de preocuparse realmente por la situación social del país, no es posible mitigar los costos de una pobreza, la desocupación y la informalidad laboral que constituyen la mayor urgencia de la sociedad argentina, es necesario un plan económico que reactive a toda la Nación, teniendo en cuenta que el límite está en el respeto a la Constitución y los valores de la República, por encima de las ambiciones políticas o preocupaciones judiciales de los actores del espectro de la dirigencia argentina.