POR FABRICIO FAVOT / RÍO TERCERO / HISTORIAS / Se llama Gustavo Pagliano (foto tapa) y vive en barrio Parque Monte Grande de la ciudad de Río Tercero. Ofrece su sartén para mejorar la calidad de vida de su familia. Los detalles.
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Él, se gana la comida de cada día a cambio de su labor como albañil, tarea que desempeña junto a su pareja. Pero eso no es todo: desde hace 10 años se desempeña como entrenador de “Las Rebeldes” un equipo de barrio de fútbol femenino integrado por 12 mujeres, en su mayoría de la ciudad, y de la localidad vecina de Tancacha.
“Hay semanas que me junto con 20 mil pesos y otras que junto 500, pero al fútbol no lo abandono, llevo diez años y pase muchas situaciones. Es mi cable a tierra”, describe Gustavo sobre la realidad que atraviesa, que lejos de abandonar, afronta cada día con más convicción.
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Gustavo quiere lo mejor para su familia y en esa búsqueda de mejorar la calidad de vida de sus afectos, se encontró con un gesto solidario de parte de un amigo, quien le regaló una sartén marca Essen para que pueda vender y comprar una ventana para colocar en su casa.
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“Tengo a la venta un sartén Essen. Me la regaló para que hiciera una rifa o la pudiera vender para comprarme una ventana y algún otro material que me haga falta para avanzar en mi casa. Cuesta algo de 7.000 pesos, pero yo la vendo entre 4000 y 4500. A las 21 me dijeron que venían a verla”, afirma Gustavo, que ansía concretar la venta para poder conseguir una ventana.
“Hacíamos torneos barriales en Río Tercero en el predio más barato que encontrábamos. También participábamos de una Liga en Santa María de Punilla. El primer año terminamos en quinto lugar y el segundo, en 2019, terminamos terceros. Este año íbamos a volver a entrar, pero se paró por la pandemia”, confiesa.
En su rol como entrenador del plantel femenino, Gustavo no percibe ningún tipo de ingresos. “No recibimos nada, no cobro, me fascina y lo hacemos con mucho sacrificio” sostiene.
Si bien a base de esfuerzo y sacrificio el equipo femenino consigue todo para sus viajes, las desigualdades sociales y económicas relucen en los momentos más duros. “Había chicas que por ahí juntaban la plata para el árbitro, pero no tenían para comer”, rememora el hombre de 44 años.
Las Rebeldes entrenan miércoles y sábados en dos escenarios distintos: los trabajos con pelota los desarrollan en la plaza de Parque Montegrande, mientras que para la parte física se trasladan a un playón de arena sobre la vera del río que pasa por el barrio. Ahora, adaptados a la nueva normalidad como las instituciones de la ciudad, lo hacen respetando el distanciamiento y sin la presencia de las jugadoras de Tancacha. Pero en el último tiempo el equipo no estuvo entrenando debido a que Gustavo junto a su familia, contrajo Covid-19. “Estoy esperando el alta. Calculo que el lunes me llaman y el miércoles retomamos con las chicas”, cerró.
ND: Quién quiera colaborar con la compra del sartén Essen para ayudar a Gustavo en la compra de una ventana y material de construcción, lo puede hacer al contacto de Gustavo al número de whatshapp (3571) 664276