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POR DARÍO COMBA / RÍO TERCERO DE AYER Y DE HOY /
En el Cementerio Municipal de Río Tercero hay desde hace casi 90 años, un panteón, que hasta el día de hoy sigue siendo el más imponente en todos los aspectos, diseño, construcción, estilo y dimensiones.
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Fue construido por Pedro Sacchetti, y a la hora de hacerlo, no se mezquinó nada, a pedido del matrimonio de Bernardo Bono y María Macagno, tal vez con la intención de atenuar el tremendo dolor y mitigar la pena causada por la muerte de uno de sus hijos: Juan, veinteañero, que fallece en Córdoba haciendo la conscripción militar poco antes de 1930.
Presagio que su madre tuvo, e insistió fervientemente a su marido para ir a verlo, sin siquiera saber que el pibe estaba grave, y tras varias horas de viaje, (ellos vivían en un campo al norte de Tancacha) al llegar, encuentran a su hijo agonizante y fallece a las pocas horas, víctima de una neumonía fulminante.
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Esto lleva al matrimonio a erguir esta obra, y además agregar un piso a su casa de campo, para que la mamá, pudiera verlo desde su balcón y a la distancia.
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Tanto ella como su esposo fallecerían relativamente pocos años después, ella de depresión con tan solo 44 años y el señor también al poco tiempo, de otro mal, tal vez desatado por tanta angustia, cosa no tan extraña de suceder cuando las personas atraviesan golpes que afectan tanto.
Es una verdadera obra de arte, plena de detalles de altísimo valor económico para su momento, pero de algo estoy seguro, y es que no alcanzó para atenuar tanto dolor.
