INTERNACIONAL / CHINA / «Ridículamente absurdo». Así es como tildó el canciller de China, Wang Yi, las acusaciones de genocidio contra la etnia musulmana uigur en la región de Xinjiang, en el oeste del país. Las acusaciones han generado llamados en algunos países a boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Pekín.
PUBLICIDAD
«El llamado ‘genocidio’ en Xinjiang es ridículamente absurdo. Es un rumor con motivos ocultos y una gran mentira», defendió Wang, según recoge la agencia Reuters. El ministro de Exteriores hizo esas declaraciones durante la única rueda de prensa al año que concede, en los márgenes de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular, el Legislativo chino.
Ese encuentro con la prensa es un evento extremadamente coreografiado, en el que las autoridades chinas piden a los periodistas las preguntas de antemano y elijen a quién darle el micrófono. Diversos países, incluido Estados Unidos, han utilizado el término de «genocidio» para describir el trato de China a los uigures.
Esas acusaciones se produjeron tras la creciente evidencia de abusos en los llamados «campos de reeducación» para uigures en la región de Xinjiang. China ha sido acusada de llevar a cabo esterilizaciones forzosas en mujeres uigures y separar a niños de sus padres.
Las investigaciones llevadas a cabo apuntan a que los uigures están siendo utilizados para trabajos forzosos y han revelado alegaciones de violaciones y torturas sistemáticas.
La ONU ha advertido que al menos 1 millón de miembros de la minoría musulmana están encerrados en los mencionados campos, que China defiende como centros de formación vocacional con el objetivo, asegura, de erradicar el extremismo.
«Cuando se habla de ‘genocidio’, la mayoría de personas piensa en los nativos norteamericanos en el siglo XVI, los esclavos africanos en el siglo XIX, los judíos en el siglo XX, y los indígenas australianos que siguen luchando hoy en día», subrayó, en referencia a situaciones de derechos humanos en algunos de los países más críticos con Pekín.
En enero, EE.UU. determinó que «la República Popular de China, bajo la dirección y el control del Partido Comunista de China, ha cometido genocidio contra los uigures predominantemente musulmanes y otras etnias y grupos minoritarios religiosos en Xinjiang».