Nicolás Rodríguez sobre La Cámpora: «No es un modelo político del cual adscriba, ni mucho menos»

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RÍO TERCERO / POLÍTICA / El concejal Nicolás Rodríguez integra el bloque Frente Todos, donde allí confluyen espacios como el radicalismo, el vecinalismo, el justicialismo y el juecismo. En ese sentido el edil Rodríguez dialogó con el Ojo Web sobre la política local y su postura ante los partidos.

• En Río Tercero, pareciera, que se está dando la particularidad de que confluyen dos ideas: la de la izquierda del kirchnerismo que podría se podría ubicar a «Pecho» López y por otro lado el partido de Unión Cívica Radical, el Pro con Pedro Bossa, también lo vemos a Juan Pablo Peirone. ¿Usted donde ese encuentra? Creo en Río Tercero nos ha hecho mal ciertas definiciones políticas de los dirigentes que no sirvieron mucho. No le ha servido mucho a Ferrer tener distancia con la provincia, no le ha servido a Río Tercero tener distancia con los Gobiernos nacionales o con cualquiera que sea.

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A mí si me preguntás con quién estoy más cerca, la verdad que no conozco a ningún político nacional ni provincial y a ninguno le tengo afecto en términos personales ni a ninguno adscribo.

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Creo que nosotros tenemos que trabajar en un proyecto de desarrollo local que esté focalizado en la producción, en el trabajo y en la educación, como ejes centrales para el desarrollo de Río Tercero, que desde el ´95″no crece.

Para eso necesitamos llevarnos bien con todos en un sistema de integración con nuestra propia identidad, donde no haya imposiciones y donde no haya políticos trabajando para que otros políticos lleguen al cargo. Creo que el problema es de concepción, yo no le prestaría tanto tiempo a esa política partidaria como le presta el Intendente Ferrer.

Veo a Ferrer preocupado por si está aliado a uno u a otro, pero creo que la necesidad de la gente pasa por otro lado. Cada uno decide que es más conveniente, yo tengo una visión y seguramente en ese sentido será distinta a la de otros.

• ¿Usted se muestra cómo un bloque unipersonal? No, para nada. Lo que trato es de tener es una identidad localista que piense exclusivamente en Río Tercero y en proyectos que tengan que ver con el desarrollo productivo del trabajo, la producción y la educación de la ciudad.

Hay una línea:  producción, trabajo, desarrollo, empleo y educación, es lo que nos va a hacer grandes como riotercerenses. Pienso que no necesariamente tiene que estar bajo la estructura ideológica de un partido, creo en una idea desarrollista.

• Usted habla de un Estado que intervenga para favorecer la iniciativa privada y para correr distorsiones. ¿Está de acuerdo con los lineamientos de La Cámpora? No, por supuesto. Creo que La Cámpora tiene un problema de origen que tiene que ver con confundir la militancia o el servicio que tiene que protagonizar cualquier tipo de dirigente político que aspire a servir a la gente, con el empleo público.

Son dos cosas distintas. Creo en el trabajo genuino, en el trabajo militante del tipo que hace política y nunca tuvo un cargo, no creo que primero deba venir el cargo y después el servicio, me parece que es poner el carro delante del caballo. No es un modelo político del cual adscriba, ni mucho menos.

• ¿Pero usted se define Justicialista? No creo en las definiciones de ese tipo, porque están viciadas en origen. Es decir, que si soy justicialista puede llevar a pensar que uno está cerca de Cristina o de Rodríguez Saá o de Duhalde, que algunos creen que son justicialistas o del mismo Schiaretti que algunos dicen que es justicialista.

Entonces más que una definición prefiero dar un poco más de precisiones, creo en un modelo de desarrollo productivo, más cercano a lo que fue históricamente al desarrollismo, que tuvo que ver en un montón de cosas con lo que fue el justicialismo original, allá por el ´45, y creo que lo perfeccionó y lo mejoró en ciertas cuestiones y que es un camino que por ahí se fue perdiendo.

Tiene una experiencia positiva que tiene que ver con darle una vuelta de rosca a cuestiones que obviamente quedaron en lo anecdótico y uno puede suscribir, pero son propias del siglo 20 y mediados del siglo 20. Las cosas cambiaron.