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NOTA DE OPINIÓN / Por Justo Dagorret /
La dilación de la pandemia, hizo que los estados municipales empezaron a mostrar a mediados de este año sus promesas electorales. En el caso de la Municipalidad de Río Tercero, el propio intendente Marcos Ferrer anunciaba en la sesión del Concejo Deliberante del 2021, «el año de las obras».
Desde el Palacio 9 de Setiembre se pregona el ahorro en el año 2020 de más de 90 millones de pesos y la atención de muchos recursos humanos y técnicos a la atención de la pandemia.
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Con un mayor panorama de gestión municipal, a fines de abril se anunció en palabras de Ferrer un programa denominado «Avanzamos» en un claro mensaje de «Arrancar» y cumplimentar las promesas de campaña.
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Esos anuncios remarcaron remodelación de todas las plazas, sobre todo la Plaza de los Cañones, que hasta el momento se hicieron trabajos espasmódicos, no logrando aún la aprobación final de los vecinos. También es cierto que los vecinos pretenden plazas ciento por ciento remodeladas y lindas. Este último, concepto es algo que los mandos encargados de las obras públicas deberían tener en cuenta.
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Una obra pública debe gozar en todo su conjunto de una estética impecable, más allá de su funcionalidad. Así de esa manera el contribuyente verá a un Estado Municipal moderno.
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Por otra parte, la atomización de los principales temas de gestión por parte del municipio, hizo que el contribuyente no valorizara aún la concreción de obras como la repavimentación de algunas cuadras de la calle Felipe Varela o los trabajos de cordón cuneta y pavimento en Villa Zoila y Castagnino o el pavimento de la Río Bamba (Monte Grande) y Juan Alvarez (Parque).
Los proyectos como el nuevo Centro de Monitoreo, Centro de Pediatría (Acuña), remodelación del balneario municipal e intervención de una o unas cuadras del centro de la ciudad son algunas de las «obras» que el Municipio deberá resolver a corto, mediano y a largo plazo.
En ese sentido, los desafíos son muy importantes para el crecimiento de la ciudad. También se puede observar que el trabajo territorial de Marcos Ferrer (líder de la UCR Río Tercero) y de Juan Pablo Peirone (Frente Cívico) a nivel provincial y nacional en busca de un nuevo armado político, les quitó impronta en lo local.
“El ojo del amo engorda el caballo” es una frase proverbial que afirma que el propietario de un bien o el encargado de un negocio debe estar muy pendiente de él si quiere que funcione bien. … Una variante de esta frase es “el ojo del amo engorda el ganado”.
Este panorama político en la ciudad, hay que sumarle la atomización de los pensamientos de los dirigentes políticos de la oposición; que quedaron atrapados y/o seducidos por los «nuevos aires». Siempre en la misma línea de pensamiento la oposición perdió oposición y el oficialismo impronta.
Por último decir, que el trabajo de la mayoría de los concejales de todos los partidos políticos, lleva una agenda ordenada y actualizada.
El mejor ejemplo del trabajo legislativo local, es que los pliegos de la basura están en su punto final de acuerdo en la aprobación final de una ordenanza blanda, para luego tratar el proyecto de licitación (dura). Pero todavía el Ejecutivo no mostró acciones referentes a un plan de educación sobre la separación de los residuos domiciliarios, algo que la ciudad demanda, por citar un ejemplo.
Atomizar en política es tener mayores pensamientos que intervienen en una idea. Otros sostienen que es bajarle la espuma o el entusiasmo a los temas centrales de la ciudad de Río Tercero. Además se habla de atomización del electorado cuando los votos se reparten entre muchos partidos.
Pero la sustancial diferencia es que la ciudad de Río Tercero demanda de mejores proyectos e ideas a tiempo completo, un trabajo que es exclusivo del oficialismo y de la oposición.
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