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SALUD / Roberto Esquivel Cabrera no es un hombre como cualquier otro. Este sujeto, nacido en México, posee el pene más grande del mundo: ¡Mide 48 centímetros! Sin embargo, Cabrera no disfruta de su récord mundial, muy por el contrario lo padece y ya no aguanta más.
El hombre, que tiene 55 años, y su enorme miembro, como era de esperar, se hicieron famosos aunque no pudo entrar al Libro Guiness de los récords, que todavía posiciona en primer lugar al actor Jonah Falcon, con sus 35 centímetros de longitud.
Para Cabrera la vida es un verdadero calvario. Su inmenso pene le impide caminar bien, agacharse y hacer ciertos movimientos. Además, no puede mantener relaciones sexuales, pero pese a esto, el Estado lo considera “una persona discapacitada”.
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Las empresas no le brindan oportunidades y “dicen que me van a llamar pero nunca lo hacen”, le contó a Barcroft TV, que envió a un equipo de periodistas a investigar su caso.
Por otra parte, están los problemas de salud derivados del tamaño del pene, incluyendo frecuentes infecciones urinarias. Tampoco puede dormir boca abajo y hasta debe atar su miembro al cuerpo para poder descansar de una forma placentera.
¿Qué dicen los médicos sobre el tamaño del pene de Cabrera?
Su médico asegura que “lo mejor que puede hacer es tener un pene de tamaño normal para que no salga lastimado y para que pueda tener relaciones sexuales y tener hijos”. El caso llamó tanto la atención que Barcroft TV envió a un equipo de periodistas para entender realmente el motivo de su enorme tamaño.
Los investigadores se pusieron en contacto con el doctor Jesús Pablo Gilmore, quien examinó el miembro a través de una tomografía computarizada y descubrió que la verdadera medida es de 18 centímetros, y que el resto era solo prepucio y piel inflamada.
Cabrera confesó que únicamente mantuvo relaciones sexuales una vez, en 1990, en Seattle, Estados Unidos. En cuanto a esa situación dijo que se encontraba tomando algo en un bar, cuando una joven se le acercó y después de conversar e intimar, terminaron acostándose.
Fuente: El Día y El Español