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NOTA DE OPINIÓN / POR EL EX INTENDENTE Y LEGISLADOR LUIS BROUWER DE KONING /
El gobierno de la Provincia de Córdoba comienza a tener síntomas de fin de un CICLO POLÍTICO, decimos así cuando un gobierno comienza a tener pocas reacciones ante los acontecimientos o problemas a los que se enfrenta. Comienza a carecer de reflejos y trata por medio de la publicidad cambiar la realidad.
Esto está pasando con la Seguridad, cuyo presupuesto es el mismo que hace 10 años, con salud con el descontrol en el materno neonatal, con la pobreza en el gran córdoba que es la más alta que en el resto del país, aumento del abandono en la educación secundaria y lo último que ocurrió, el caso de los privilegios, un legislador quien confunde al estado y se maneja como si fuera propio.
Privilegio es la exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.
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Esto frecuentemente ocurre cuando alguien está muchos años en el poder (23 años) y todo abuso parece normal, él se lo merece, nadie se lo puede discutir.
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Cuando hablamos de dichos privilegios, se produce un rechazo en la sociedad y más cuando es de la clase política, a veces no queremos generalizar y decimos que hay buenos y malos médicos, hay buenos y malos militares, y hay buenos o malos políticos, pero estos son los únicos que se le puede agregar privilegios, que vulnera la igualdad ante la ley, y el poder de turno por mirar a otro lado incurre en una manifiesta complicidad con un sector minoritario que está por encima del resto de los argentinos, en este caso los cordobeses.
Ante los privilegios no hay medias tintas, se los combate o se los defiende. Y lo que hicieron los representantes del gobierno de la provincia es protegerlos, y por lo tanto legitimarlos, incurriendo en una manifiesta tolerancia con el status quo, los cordobeses indignados.
Es también una forma de abuso de autoridad, ya que esto sucede cuando la persona que accede a un cargo o a una función aprovecha el poder que se le otorga en beneficio propio, y no para desarrollar correctamente sus obligaciones.
Es condición indispensable que exista un Estado de Derecho, que todos los ciudadanos sean iguales ante la ley, gocen de las mismas normas y obligaciones, sean evaluados jurídicamente con la misma vara (BAREMA) y que las instituciones operen de conformidad a la ley.
La democracia pones ciertos límites al poder para evitar que la permanencia lleve a estos extremos y es mediante la ALTERNANCIA.
La alternancia política es el cambio o la sustitución de un grupo gobernante o partido político, acorde a las reglas electorales, por otro, que procede de un partido político distinto al que gobierna. La alternativa en el poder implica remoción pacífica de los gobernantes, prohibición del mandato imperativo, transparencia en el ejercicio del poder, descentralización, pluralismo razonable, amplia tolerancia, debate público y sobre todo, respeto por la voluntad popular después de una competencia electoral ejerciendo el pueblo su derecho a voto y de esa forma el cambio que la sociedad está necesitando.
La alternancia política no solo implica cambios de personas o partidos políticos en el poder, sino también es un proceso que permite reforzar la confianza en las instituciones electorales y políticas de las democracias representativas. Sobre todo en sistemas que se encuentran en el desarrollo y consolidación de reglas democráticas.
Lejos están los tiempos en que la actividad política era considerada un servicio, épocas en que se vivía para la política y no de la política. Esos tiempos en que se fue articulando un sistema pleno de garantías para que nadie, al abusarse de él, abusase de la ciudadanía. Desde hace décadas, se invirtieron todos los parámetros, a efectos de que el sistema sirva a quienes lo vulneran con el único objetivo de la permanencia.
“El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, sentenció uno de los prohombres de la democracia norteamericana. Las reglas, según algunos, están para ser vulneradas mediante la invención de que quien gobierna dice lo que es legal o no.
Se cumple así con los preceptos de las democracias de baja intensidad, que pensadores argentinos como Ernesto Laclau vendieron a intelectuales europeos: la democracia es lo que conduce dice que es, porque representan al pueblo. Alegato típico de quienes desconocen quienes no se sienten representados.
La tentación autocrática subyace en todos lo que se aproximan al poder para, una vez alcanzado, utilizarlo a efectos de eternizarse en él.
Hay políticos y gente sensata que advierte claramente sobre la inconveniencia y el peligro que presuponen los mandatos prolongados, porque vienen a ser el caldo de cultivo de camarillas que se vuelven adictas al poder, y que, lo único que buscan, es lograr ventajas burocráticas y económicas por vías alejadas de la ética, que van en perjuicio en detrimento del país, de la provincia.
Ante toda esta realidad es que venimos planteando un cambio en paz y con parámetros más centrados en el desarrollo humano. Estamos en vísperas de elecciones en la Provincia, es hora del cambio, es hora de la alternancia para el bien de nuestra Córdoba y su gente.