NOVEDADES / En el contexto de la Inquisición española, “esa combinación para la buena suerte del pueblo judío, se transformó en algo peligroso”, destacó el rabino Marcelo Polakoff.
Como cada martes 13, son muy pocas las parejas que pasan por el registro civil para dar el “sí, quiero”, aunque esta fecha no siempre estuvo marcada por las malas supersticiones, contó al medio Cadena 3 Marcelo Polakoff, rabino de la comunidad judía de Córdoba.
“Martes 13, no te cases, ni te embarques: es un refrán que tiene origen en la cultura española, vinculados a la tradición judía, pero en un contexto que no es muy feliz”, introdujo.
Se refiere a la Inquisición en España, donde el pueblo judío sufrió persecución.
“Era complicado vivir la religión y ahí es donde surgen los marranos”, en referencia a aquellos judíos secretos, que fingían vivir como cristianos, pero transmitían sus costumbres religiosas a sus descendientes.
“Es en ese contexto, en que los judíos elegían casarse o embarcarse el martes porque traería suerte, conforme a una interpretación de los días de la creación, según el Génesis”, explicó.
La buena fortuna asociada al día martes, se complementaba con el 13, “unidad vinculada al amor y lo divino, según la mística judía”.
“Esa combinación para la buena suerte para el pueblo judío, en un contexto complicado, se transformó en todo lo contrario. Era algo peligroso. Se perdió la historia de origen”, concluyó.