Este martes pasado , el INDEC dio a conocer que la inflación tuvo una disparada de 6,5% en septiembre, lo que constituye uno de los valores más altos desde el año 2002 (sólo superado por el 6,7% de abril de 2016).
La devaluación del peso en la última semana de agosto (cuando la cotización saltó de alrededor de $30 a más de $37) se transfirió rápidamente a los precios de los alimentos, según evaluaron varias consultoras.
«Hubo un impacto muy fuerte del traslado a precios de la devaluación, que impactó en los precios de ‘Alimentos y Bebidas’ como así también en aquellos bienes durables con componentes importados», afirmó la consultora Eco Go.
De esta manera, la suba de precios acumulada a nivel nacional durante lo que va del año es de 32,4%, mientras que el acumulado en los últimos 12 meses (de septiembre 2017 al mismo mes de este año), llega ya a 40,5%.
En cuanto a los rubros que mostraron mayores aumentos, el transporte lideró con un aumento del 10,4%. Luego siguió la indumentaria (prendas de vestir y calzado), con una fuerte alza de 9,8%.
También subieron «equipamiento y mantenimiento del hogar» (9,7%) y «alimentos y bebidas», que recibió un impacto del 7%.
La denominada «inflación núcleo», que mide la variación de precios sin impactos estacionales, se ubicó en septiembre en 7,6%, por encima del nivel general.
Octubre seguirá acelerado. Tras la inflación récord y cerca del 7% que tuvo septiembre, octubre no parece encaminado a dar un respiro a los consumidores.
Según las estimaciones de seis analistas económicos, el IPC cerrará el décimo mes del año cerca del 5%.
La elevada cifra se debe al arrastre que dejó septiembre sumado a los tarifazos en el gas, transporte, prepagas y naftas y al traspaso de la devaluación que ya están haciendo las empresas alimenticias y que se verá reflejado en las góndolas.
El economista jefe de Elypsis, Gabriel Zelpo, proyecta un piso de 5% en octubre.
«Está cargado de regulados. Están las subas en gas y combustibles. Ahí tenemos un piso bastante alto, con una desaceleración de la núcleo, porque hay impacto de pass through pero el más fuerte fue en septiembre. En total, el piso de la inflación es arriba de 5%», señaló el analista.
Y agregó: «En noviembre y diciembre va a desacelerar por el menor aporte de los regulados y porque la devaluación va a ir quedando atrás. De todos modos hay que esperarla arriba de 3% en promedio para esos dos meses».
Idéntico piso de 5% prevé para octubre el director de Focus Market, Damián Di Pace, quien consideró: «Es un combo. El tipo de cambio tiene efectos en los alimentos, los regulados por las tarifas de gas también pegan. Y hacia adelante el gas va a pegar sobre la producción y el comercio, por lo que va a haber efectos de segunda ronda que van a ir de a poco porque hay una restricción de demanda. En industria el gas aumenta 50% y no es menor. El último bimestre va a cerrar en 3-4% promedio mensual».
Un año récord. Según el Relevamiento de Expectativa de Mercados (REM) que el Banco Central realiza mensualmente entre consultoras, se espera que la inflación acumule 44% en todo 2018.
Y se trata de un promedio conservador, porque muchos analistas ven como más realista un redondo 45%.
De hecho, si se confirman las expectativas de 5% para octubre y 3% para noviembre-diciembre, el año cerraría en 47,3%.
Semejante nivel de inflación pone al 2018 como el peor año desde 1991. En el año en que se instauró la convertibilidad, el índice fue del 84%. Dejaría atrás a la del año 2002, impactada por la explosión del uno a uno. En aquel año, la inflación resultó del 40,9%.
Pérdida de poder adquisitivo. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, reconoció esta semana que por la «aceleración inflacionaria» hay «una caída de los salarios reales», aunque manifestó que el Gobierno espera que esa situación «empiece a ser revertida de la mano de la baja de la inflación en los próximos meses».
«Después de un año como 2017, con un fuerte incremento de los salarios reales, lamentablemente por la aceleración inflacionaria que generó un movimiento del tipo de cambio en promedio tenemos una caída de los salarios reales. Esperamos que empiece a ser revertida de la mano de la baja de la inflación en los próximos meses», sostuvo el funcionario nacional.
En conferencia de prensa tras una reunión de Gabinete que encabezó el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, el jefe del equipo económico evitó dar números respecto a esa caída y explicó que «no hay proyección dado que cada sector económico tienen paritarias distintas, distintas realidades».
«En promedio no fue un año de mejora salarial, que se van a recuperar genuinamente con la caída de la inflación», insistió Dujovne.
De todas maneras, el ministro de Hacienda subrayó que el Gobierno ve «con mucho optimismo lo que está ocurriendo con el sector externo de la Argentina, en que se ve una fortísima reacción de las exportaciones, con el turismo, exportaciones de servicio, que están empezando a generar un movimiento económico interno muy fuerte».
«La clave para prolongar y profundizar la salida de la recesión viene dada por a qué ritmo va a bajar la inflación, de la mano de eso vamos a ver una recuperación en los salarios reales y el consumo. Ese fenómeno está cerca de empezar a producirse, aunque no hay que ponerle fecha», remarcó.
Por otra parte, se refirió al proyecto del Presupuesto 2019 y destacó el «diálogo fructífero con intendentes y gobernadores».
«Nos hemos comprometido al equilibrio presupuestario primaria para 2019 y deseamos hacerlo con un Presupuesto aprobado por el Congreso», concluyó.