__
AGRO / Se comercializaron más de 3,1 millones de toneladas de la oleaginosa en tres semanas.
La quinta edición del Programa de Incremento Exportador (PIE), que en esta ocasión aplica de forma exclusiva al complejo sojero, superó los 3,1 millones de toneladas de soja comercializadas a tres semanas de puesta en marcha la medida, y a tan solo cinco jornadas de finalizar su vigencia.
Según cálculos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y operadores del mercado, entre contratos nuevos y fijaciones de precios de negocios hechos con anterioridad a la medida, se comercializaron más de 3,1 millones de toneladas, en un contexto donde las existencias del grano al momento de dar inicio a la medida no superaban los 9 millones de toneladas.
Asimismo, antes de esta edición del PIE, la comercialización del poroto registraba mínimos históricos, con promedios que iban de 25.000 a 50.000 toneladas negociadas de manera diaria.
A partir de la implementación del también denominado dólar soja 4, el nivel de negocios en el mercado local se ubicó, dependiendo de la jornada, en un rango de 150.000 a 350.000 toneladas diarias, a partir de una mejora en el precio pagado por parte de las industrias a los agricultores, que en algunos casos llegó a superar los $165.000 por tonelada.
EL NUEVO DÓLAR SOJA
El nuevo “dólar soja” estableció un esquema cambiario combinado, en el cual los exportadores deben liquidar 75% de las divisas en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) a $350 por dólar, mientras que el restante 25% es de libre disponibilidad.
De volcar los exportadores esos dólares al Contado con Liquidación (CCL), el promedio entre ambas cotizaciones arroja un tipo de cambio más alto, estimado entre los analistas del mercado en un rango que va de $420 a $450 por dólar, mejorando así la capacidad de compra de las industrias en el mercado local.
Según la analista del mercado de granos de la consultora AZ Group, Catalina Ferrari, esas 3,1 millones de toneladas corresponden a “un volumen acotado por la poca disponibilidad de grano que queda en manos de los agricultores y por la incertidumbre que genera el contexto económico, que obliga a conservar mercadería para pagar alquileres e insumos”.