CIUDAD DE CÓRDOBA. El relato de Gisela Rodríguez, mamá de Celeste -una nena trans que expresó su identidad de género a los 4 años-, recibió un enérgico aplauso por parte de los 100 profesionales y socio operadores de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SeNAF), durante un taller que abordó la temática: “Niñeses y adolescencias trans”.
Historias como las de la pequeña Celeste se convierten en desafíos ante los cuales “tenemos que deconstruir y construir a partir de los nuevos paradigmas y legislaciones vigentes sobre la identidad de género”, aseguró Alejandro Escudero Salama quien encabezó el encuentro en representación de la Comisión Interministerial de Derechos Humanos, Géneros y Diversidad Sexual.
Durante el primer momento del encuentro se desarrollaron los principios vectores de la Ley Nacional 26.743 de Identidad de Género. Posteriormente, la proyección de un audiovisual permitió conocer el camino recorrido por Gisela y su familia para efectivizar la protección de los derechos de su hija.
“Quisiera demostrarles que desde el amor de una familia todo es posible. Si bien yo no estaba al tanto de que una nena de tan temprana edad podía decir que se sentía distinta a lo que nosotros biológicamente llamamos varón, si bien yo no sabía que desde tan chiquita una criatura podría definir su identidad, hoy puedo asegurarles que más allá de mi incertidumbre, mi primer accionar fue protegerla y empezar a buscar información y ayuda”, manifestó Gisela.
La mujer relató el trayecto personal e institucional que la condujo hasta la Comisión Interministerial de Derechos Humanos, Géneros y Diversidad Sexual desde donde se la acompañó y asesoró en la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de Celeste.
Hoy Gisela forma parte de la organización Infancias Libres que lleva a cabo actividades destinadas al respeto por las identidades de género en todas las etapas de las niñas, niños y adolescentes.
Su experiencia de vida fue un aporte enriquecedor para la capacitación de SeNAF y concluyó con un mensaje focalizado en los entornos familiares. “A las familias me gustaría decirles que no tengan miedo, no debe haber vergüenza, los niños trans no están enfermos. Simplemente debemos saber que se trata de su derecho a la identidad y a vivirla de la forma más plena que se pueda”.