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JUDICIALES / CÁMARA DEL CRIMEN / Finalmente, la Cámara del Crimen en la audiencia presidida por los camaristas Marcelo Ramognino, Guarania Barbero y José Argüello decidieron por mayoría absolver al policía (Luciano Carnero) involucrado en la muerte del joven Lucas Funes tras una persecución policial y el posterior disparo en el cuerpo del joven delincuente que le produjo la muerte. En tanto, el Tribunal rechazo la demanda civil. Por otra parte, la defensa no descarta recurrir a Casación y al Tribunal de Superior de Justicia.
Luego de dos semanas de debate, con más 43 testigos en la sala de audiencia, el policía Luciano Carnero encontró la absolución de la pena por la muerte de Lucas Funes ocurrida un 12 de diciembre de 2012. La Fiscal de Cámara, Paula Bruera en una exposición sólida, fundamentó en la audiencia la imputación al policía Carnero por el delito de Homicidio con excesos en sus funciones como agente público, solicitando una pena de 4 años efectiva y una inhabilitación por siete años en sus funciones públicas.
Primer día: Once policías declararon en el Juicio por la muerte de Lucas Funes
POLÉMICO FALLO. La muerte de Lucas Funes, que tenía 22 años, fue en el marco de una persecución policial de más de 500 metros, donde intervinieron ocho policías. Un dato de la causa, indica que Lucas Funes no tenía frondosos antecedentes, poseía al momento de la persecución policial tres delitos por resistencia a la autoridad y estaba acusado de un robo por escalamiento.
PARA LA FISCAL CARNERO ES EL RESPONSABLE. Desde el Ministerio Público, la Fiscal Bruera graficó ante los camaristas que el policía le apuntó a 90 grados a unos 30 metros de distancia, aún cuando el joven estaba herido, rengo y desangrándose y de espaldas y sin arma de fuego en la mano. «Le disparó cuando Lucas Funes estaba en huida, de espalda, la víctima no estaba confrontando al policía. Reitero que Carnero realizó dos disparos, uno le dio en el cráneo, hubo un exceso en su acción, en su conducta», detalla Bruera.
Testigos, vieron a Lucas Funes, en el medio de la persecución policial – unos 40 minutos-, descalzo, herido y cansado. Para la Fiscal hubo varias desprolijidades: como el acta de secuestro que indica el funcionamiento policial, o el certificado médico que indicaba escoriaciones cuando el cuerpo sin vida de Funes había recibido balazos, un libro de guardias manipulado y el no llamado a la Policía Judicial.
POR JUSTO DAGORRET / OPINIÓN / En primer término, los Camaristas de los Tribunales de Río Tercero no deberían juzgar a personas que ellos mismo lo tienen a cargo. Es conocido que la policía es un brazo de la Justicia. El desfile de policías en la sala de audiencia fue el mejor ejemplo, donde posteriormente se evidenció una corporación policial en defensa del acusado, en este caso; Luciano Carnero.
Hay que recordar, que por aquellos tiempos, la policía estaba envuelta en detenciones arbitrarias, aprietes a colegas y a abogados -caso Villalón-, sumado a miembros de la Justicia, donde su accionar fue corporativa.
Este juicio entre «ladrones y policías», lleva consigo un daño colateral que reafirma las malas políticas policiales, sustentada por casi doce años de espera y que recayeron en la familia Funes, que tanto su hermano Sergio como Lucas Funes confrontaban a la policía de forma verbal y física. Este y otros hechos marcaban por esos años el ritmo policial.
Finalmente, decir, que mientras Luciano Carnero, se desempeña en la actualidad, como Jefe interino de la Infantería (Departamental) y su vida seguirá por carriles normales, la Justicia local está en deuda cuando los delitos que ellos mismos juzgan, a agentes policiales acusados.
La Justicia deberá replantearse, que la impunidad hacia policías por diferentes delitos, solo degrada el sistema judicial. Es más, la muerte de Lucas Funes no fue una causa de «gatillo fácil» fue un hecho policial de «justicia fácil» para Luciano Carnero. A pensar…
