RÍO TERCERO/ HISTORIAS CON FINAL FELIZ/ David Jaime (27) es un joven empleado municipal, que trabaja en el área de servicios, puntualmente en la sección viales. Su pequeña historia de trabajo diario municipal, es una muestra del compromiso personal más allá del riesgo que implica estar en tormentas con viento y lluvias o simplemente con su horquilla destapar las alcantarillas de la ciudad.
Esta mañana en la conferencia de prensa donde el intendente brindó presiciones sobre lo acontecido ayer; una colega me preguntó cómo me fue ayer con la tormenta: a lo que respondí: en mi casa sin problemas y trabajando en la computadora.
Claro que la comodidad de mi casa, sin sufrir consecuencias por la lluvia caída, se contrapone con personas que por su trabajo y con condiciones adversas trabajan en pos de la comunidad y David Jaime es un caso testigo.
La historia con final feliz. Consultado sobre lo acontecido ayer el joven relata: «cuando empezó la lluvia, empezamos con mi compañero Pali Godoy hacer el recorrido de siempre. Somos una cuadrilla que nos encargamos de destapar alcantarillas.»
Con la llegada la tarde del domingo y con la lluvia nos pusimos a disposición, el trabajo arrancó como a las 17. El recorrido se inició a bordo del camión municipal y con nuestras horquillas recorrimos los canales de la calle Igualdad y la ruta a Tancacha, donde allí está construído un zangón donde se escurre el agua y tiene salida a los campos. El lugar está ubicado a unos 1.500 metros pasando el cementerio local, y notamos que el desagüe que está a mano derecha estaba tapado, cuenta el joven trabajador, cuenta Jaine.
«Nos bajamos con horquillas, y allí notamos maderas, palos, basura en general que tapaba la salida del agua. Sabíamos que era importante destapar el desagüe ya que sino las aguas de la calle Igualdad no tendrían salida y volveria para el sector del centro.»
Un milagro. Cuando terminada de destapar el sector, la correntada del agua me atrapó, tras una mala pisada, gracias a Dios con mi compañero de trabajo Pali Godoy que estuvo más de 10 minutos ayudándome. Un milagro, fue un verdadero susto. No solo me llevaba la fuerza del agua, aparte en la corentada viene de todos, yuyos, basura, maderas, bichos. Si mi amigo no me ayuda otra hubiera sido mi suerte, cuenta David.
En su relato del domingo David finaliza: “terminamos de trabajador alrededor de las una y media de la mañana. Hoy arrancamos como siempre.”
Digno de mencionar y un comienzo heroico de tu trabajo de siempre amigo y casi trágico final,…gracias a tu amigo que te salvo ,,!!!!! Son ángeles cuidados por ELLOS mismos!!!!! Felicitaciones Héroes. La vida por sobre todas las cosas …A cuidarse siempre ..DIOS LOS BENDIGA…Abrazo de corazón…..