Por Justo Dagorret
El amplio triunfo de la alianza Hacemos por Córdoba, fue uno de los motivos fundamentales sobre el punto final a las intenciones de Cristina Fernández de ser la cabeza visible del proyecto antiMacri a nivel nacional. Por otra parte, en la otra vereda el partido de Cambiemos flaquea ante las sucesivas derrotas electorales en diferentes provincias, así el posicionamiento del líder de Cambiemos Mauricio Macri queda reducido al piso electoral de la ciudad de Buenos Aires.
Ya nada es lo mismo, con las victoria de Juan Schiaretti en el mismísimo ombligo de la República Argentina, en la Córdoba otoñal, donde la apertura de la ex alianza Unión Por Córdoba y el ahora renovado Hacemos por Córdoba, es una idea de lo que se viene: ampliar los consensos, cerrar las grietas y construir puentes, algo que el exgobernador De la Sota tenía como visión nacional.
Tras un amplio respaldo electoral Schiaretti mostró una idea de renovación de basada en la aceptación de otros partidos. El multipartidismo en la Argentina fue demasiado para una democracia joven, la multiplicidad de partidos por conveniencia y por déficit de líderes está llegando a su cota. Las alianzas, siguen ganado terreno, el electorado necesita núcleos amplios y con consenso. En ese sentido ni Cristina ni Mauricio supieron en gestión promover y practicar los consensos.
El partido tradicional como la Unión Cívical Radical, una vez más recae en errores que lo delegan a un tercer o cuarto plano. Definitivamente las alianzas del partido rojo y blanco fueron malas decisiones que terminan socavando las pretensiones de las próximas elecciones.
En nuestra provincial ya nada es lo mismo para Cambiemos. Los principales referentes del espacio ya extrañan el acto final de cierre de campaña del 2015 en la ciudad de Córdoba, donde el partido amarillo sentía y latía el respaldo de los cordobeses.
Ni hablar del principal referente provincial de Unidad Ciudadana, Pablo Carro que se desentendió de la pelea ideológica contra el armado de Juan Schiaretti.
Ya nada es lo mismo.
Schiaretti hizo lo que tenía que hacer: salvar, cuidar y valorizar el voto de los cordobeses, más de la mitad de los cordobeses apoyan la idea del consenso.
Ni Macri ni Cristina garantizan consenso para cambiar el rumbo social y económico de los argentinos. Schiaretti en conjunto con un grupo de gobernadores abrieron el camino de la tercera avenida y con la victoria del gobernador de Córdoba la vía política quedó asfaltada.
Por último, decir que el camino está marcado y listo para poblarlo de gente común y corriente, de esperanzas, de buenas costumbres y sobre todo saber que nada es para siempre y recordar que la Argentina necesita del mayor consenso posible.
Excelente análisis!!!