La ex funcionaria menemista María Julia Alsogaray falleció en la madrugada del domingo a los 74 años después de estar internada durante varios días en una clínica privada de la capital.
La ingeniera e hija del histórico dirigente liberal Álvaro Alsogaray se encontraba en un muy delicado estado de salud desde hacía meses. Su muerte se produjo poco después de las dos de la mañana en el Sanatorio Otamendi. Asimismo, sus restos serán velados en una casa velatoria del barrio de Palermo en la mañana del lunes y hacia mediodía será inhumada en el cementerio de la Recoleta, en la bóveda familiar.
Al momento de su muerte, María Julia estuvo acompañada por sus dos hijos, Alvaro Javier Erize (41 años) y Francisco Luis Erize (37).
Con sus problemas se salud, el desarrollo de instancias judiciales que la tenían como protagonista se encontraba prácticamente paralizado. De hecho, hubo que cambiar las fechas de los alegatos del juicio por el caso Meller, que la tenía como principal acusada. Era su octavo juicio: en su rol de interventora de la ex telefónica estatal ENTEL, se la acusaba de haber ordenado el pago ilegítimo de más de 30 millones –pesos/dólares– a la empresa que hacía las guías telefónicas cuando otros organismos del Estado desaconsejaban hacerlo. Tras varias medidas dilatorias, el juicio finalmente se puso en marcha a fines de mayo.
Alsogaray había tenido siete juicios anteriores, de los que cosechó tres absoluciones y cuatro condenas: tres años y medio de prisión por enriquecimiento ilícito, cuatro años por administración fraudulenta en perjuicio de una administración pública por la privatización de Entel, cuatro por la contratación irregular de personal en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; y a tres años y seis meses por irregularidades en obras de refacción en el mismo organismo.
Como si fuera poco, María Julia aguardaba un noveno juicio, también por su paso por ENTEL, durante el cual autorizó el pago de 9 millones de dólares a la empresa Pecom-Nec, cuando en realidad debía ser por 900 mil.
Después de haberse recibido como ingeniera, María Julia Alsogaray quiso seguir los pasos de su padre en la política a mediados de los ’80. En 1985 fue elegida como diputada de la nación por la Unión del Centro Democrático (UCeDe), mítico partido del liberaismo argentino fundado por su progenitor.
Con la asunción de Carlos Menem a la presidencia en 1989, María Julia se convirtió en secretaria de Medio Ambiente de la Nación, cargo en el que permanecería hasta 1997. Además, Alsogaray fue designada como interventora de la empresa estatal telefónica ENTEL y se transformó en una de las caras de las privatizaciones del menemismo.
Tanto su desempeño en la Secretaría de Medio Ambiente como su rol en la compañía pública de comunicaciones la ubicaron en el centro de las acusaciones por diversas causas de corrupción, que las perseguirían hasta el día de su muerte.
Durante la década del ’90, Alsogaray recibió numerosas críticas por su gestión. Uno de los momentos más recordados fue cuando, en su rol de secretaria de Medio Ambiente, prometió limpiar el Riachuelo «en mil días» y aseguró que, una vez transcurrido ese tiempo, se tiraría a nadar en ese río.
El 12 de agosto de 2003 fue un día clave para la vida de la ex funcionaria menemista. Fue la fecha en la que quedó tras las rejas por decisión del juez federal Rodolfo Canicoba Corral: se la investigaba por el pago de sobreprecios en una serie de refacciones que efectuó en la sede de la Secretaría de Recursos Naturales.
Alsogaray permaneció presa unos 638 días (21 meses) en la división Delitos Complejos de la Policía Federal, en Cavia y Av. Figueroa Alcorta. Fue liberada el 11 de mayo de 2005.
Ya en marzo de 2015, fue condenada a la prisión domiciliaria por la misma causa. El Tribunal en lo Criminal Federal N° 6 determinó que cumpliera 3 años y seis meses en esa condición, debido a que tenía más de 70 años.
Por la sentencia por enriquecimiento ilícito Alsogaray también fue condenada a devolver el dinero que la justicia entendió que no pudo justificar. La ex funcionaria dijo que no tenía plata y remataron el petit hotel que tenía en el barrio porteño de Recoleta por 3.680.000 pesos.
Respecto a su vida personal, en el año 1973 se casó con el que fuera padre de sus dos hijos, el conservacionista Francisco Erize en la Iglesia del Santísimo Sacramento, en el barrio porteño de Retiro. El matrimonio se rompió en 1991.