La jugada política del líder de la oposición municipal de pegarse al Gobierno de Macri, tiene varias miradas.
En primer lugar, el médico y responsable del Frente Todos Por Río Tercero conformó a un grupo de personas con pensamientos justicialistas, otros de derecha, otros radicales, otros sin ideas políticas, pero en definitiva un partido pensado en principio por el antagonismo y enfrentamiento con el partido radical y sobre la gestión de ocho años de Martino.
Pero en el 2019, ya no tendrá al hombre (Martino) que lo expulsó de la banca de concejal radical. Seguramente tendrá a Marcos Ferrer y/o a María Luisa Luconi, en la competencia electoral de la intendencia en el 2019.
Hablar de Peirone, es hablar de un radical, que según palabras de su par Emiliano Afara fue expulsado por no respetar los ideales del partido, y toda le retórica que no vale la pena contar. Peirone con sed de venganza (política) trató de competir con el aparato oficial radical, quedando a pocos metros de la línea del éxito electoral, en dos ocasiones.
¿Podrá ésta vez?. Peirone, empieza a tener, no sólo una carga emocional por dos derrotas, sino por el apegamiento al Gobierno de Cambiemos, donde la popularidad de Macri en estos meses está en un nivel muy bajo. Los despidos de trabajadores de Fábrica Militar, demuestran que el referente del FTPRT, no tiene influencias en las políticas de Macri, ni siquiera una de las líneas del PRO, partido que integra Cambiemos, el encargado del ANSES, Fito Almada que no ha logrado una mínima influencia a favor de los trabajadores.
Cómo si esto fuera poco, además Juan Pablo Peirone seduce al partido cordobés Unión Por Córdoba. Es cómo decir, si no logró algo con esto, voy para el otro lado. Eso, estaría bueno si las cosas tuvieran una finalidad de apoyo a los intereses de la ciudad. La sensación es sólo ser una apetencia personal. Es el mismo caso de Martino, que hizo lo imposible para llegar a la intendencia.
La ciudad, quiere un hombre diferente, dedicado a resolver temas cotidianos de la ciudad. Un ciudadano que sea capaz, de consensuar lo privado con lo público. De tener un estado municipal más moderno, menos aparatoso y más eficiente. Que las contrataciones, en su totalidad sean por licitación no por decreto. El que muestre eso va a ser el próximo intendente de los riotercerenses.
En definitiva, Peirone es radical, independiente, justicialista, es de centro, de derecha e izquierda. Algo que en política, tiene camino corto.
Otra mirada, es el grupo de gestión, que día a día hace oposición a nivel local, a la gestión de Martino. Los casos de los concejales Cravero, Crespo, Miceli, Pedone sus trabajos han sido a medias. No logrando en más de una oportunidad, la unidad necesaria en temas centrales. Ser oposición y decir «no» no alcanza. La sociedad espera propuestas superadoras. Todavía el partido de Peirone, no tiene lastre político. Al no tener gestión le permite salir airosos de los temas donde el grupo se siente afectado.
Es la pregunta de los riotercerenses. ¿Podrá hacer gestión comunal ?. ¿Tiene la gente y/o el grupo capacitada para manejar un municipio?. ¿Peirone tiene el mismo perfil que Martino?.
Las cartas empezaron a tirarse en el 2018. Y Peirone, por lo pronto pegó su imagen a Mauricio Macri, que además en el espacio Cambiemos está Martino, Peirone, Villa, Crespo, Matar, etc. Una cosa difícil de entender, por lo menos para la gente común.