“En nombre de la Parroquia, les pido disculpas a los vecinos de esa desatención por este mal trago”

RÍO TERCERO /  Anoche en la parroquia Cristo Rey se llevó a cabo una reunión entre el cura párroco Sergio Rubiolo (foto tapa) y unos veinte vecinos que mostraron sus opiniones sobre la construcción de un cinerario. Luego del cónclave sobre la polémica desatada por la construcción de un cinerario el sacerdote declaró al Ojo Web: “Como nadie está de acuerdo, la obra se para, se los firmo”. El destino en principio sería el Campus de Lourdes.

La semana pasada el tema de la construcción en la parroquia Cristo Rey, ubicada en el corazón de barrio Castagnino trajo para las autoridades del templo varios reclamos principalmente de vecinos: “Vemos que con el cinerario se van a devaluar las propiedades. Nadie compra una casa sabiendo que hay un depósito de cenizas”, se quejaba una vecina.

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MÁS QUEJAS

“Con el cinerario va a venir más gente, y la iglesia va a tener más actividad, si en mi casa hago un cumpleaños y viene gente al cinerario…. Eso no da….”, siguieron los reclamos.

Sergio Rubio, el cura y promotor junto a algunos feligreses comentaron que la inversión de ese emprendimiento ronda los 150 mil y que perderían unos 50 mil por el avance y el freno de la obra. En ese sentido los vecinos que asistieron a la reunión expresaron trabajaran para recaudar ese dinero. «Hablé con el Padre Andrés Marcos y la propuesta de llevarlo en el Campus está firme», dijo el cura párroco.

BAJA DEL PROYECTO DEL CINERARIO

Ante la queja de los vecinos, el cura Rubiolo fue contundente: “Personalmente pensé que era inofensivo y que era un servicio para comunidad. Yo corto la obra, suspendo la obra y lo hago en el Campus».

El padre Rubiolo y los vecinos direccionaron sus quejas hacia la Municipalidad por no estar presente:  “Fui hablar con el Secretario de Gobierno Juan Bonzano y me dijo que no hay legislación sobre el tema. El Municipio no tiene la autoridad porque no hay nada legislado”.

Finalmente, luego de escuchar a los vecinos, Rubiolo dictaminó: “En nombre de la Parroquia les pido las disculpas de esa desatención por el mal trago. No pensamos en ofender a ningún vecino”.

POR JUSTO DAGORRET / La construcción de un depósito de cenizas de cadáveres o cinerario generó polémicas y varios rechazos para su implementación. En primer lugar, este emprendimiento religioso tuvo varios desaciertos: uno de ellos es no informar a toda la comunidad sobre los alcances y características.

Difundir a los visitantes del templo y/o redes sociales sobre un supuesto cinerario no fue suficiente. No todos los vecinos del lugar van a misa y no todos tienen redes sociales. Este ejemplo de falta de información es lo que llevó a que el proyecto se desvirtúe. Nadie desconfía de las buenas intenciones de las autoridades religiosas solo menguadas por el reclamo y los derechos de los vecinos.

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Un “tirón de orejas” para los once concejales que se jactan en medios locales sobre estar al lado de la gente y de conocer sus necesidades. Era necesario que se involucrasen sobre el tema y de paso tener el termómetro social y conocer el humor de los contribuyentes y vecinos.

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El tema de la construcción de un cinerario no está legislado y es menester ahora que los ediles trabajen sobre la normativa municipal, no solo para que no vuelva a suceder “otra polémica” en otro barrio de la ciudad, sino además para que el Municipio regule la actividad religiosa y comercial de un cinerario y pueda cobrar algún tributo.

En fin, la discusión debería estar ahora en el Concejo Deliberante.

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