La Fundación FADA (Federación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) emitió un informe en donde da cuenta sobre la presión impositiva que tiene el campo en las actuales condiciones climáticas.
“La medición de marzo de 2018 marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 64,1% para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol.
Es decir, que de cada $100 de renta (después de costos) que genera una hectárea agrícola, $64,10 se lo llevan los distintos niveles de gobierno”, indicaron. “Si se excluye el efecto de la sequía sobre los rindes, la participación estaría en el 60%”, agregan.
FADA publica el indicador de participación del Estado sobre la renta agrícola, con una frecuencia trimestral. Para la elaboración del indicador se utilizan los rendimientos promedio de los últimos tres años, con el objetivo de evitar introducir estimaciones incorrectas, y hasta contradictorias entre diversas instituciones. La cuestión es que esta metodología genera problemas en años como este donde la sequía afecta de manera sustancial los rindes promedio de la agricultura.
Por este motivo, en esta oportunidad, se calcula el índice con la metodología establecida y al mismo tiempo, se estima otro con el efecto de la sequía, calculando una caída del rinde promedio del 25%, que aún no se sabe si será la pérdida real o si incluso será mayor.
Hecha esta salvedad, el índice de 64,1% para marzo de 2018, es menor que el 66,1% de marzo de 2017. Este resultado es producto de que hay un factor negativo que modifica el índice, la sequía, y cuatro factores que lo hacen bajar: la suba de precios, el incremento del dólar, la menor participación de la soja en el área sembrada y la baja de los derechos de exportación.
Precios. Con respecto a marzo de 2017, los precios internacionales subieron, y lo hicieron aún más los precios internos. El precio internacional de la soja subió un 3%, pasando de USD389 a USD399 por tonelada, pero el precio local para el disponible aumentó un 17%, de USD254 a USD297 por tonelada, lo que incluye el impacto de la reducción en los derechos de exportación. En el caso del maíz, los aumentos fueron equilibrados, incrementándose un 14% en ambos mercados, el disponible pasó de USD155 a USD177 por tonelada.
“Una parte importante de estos aumentos se debe al efecto sobre la producción de la sequía en Argentina, lo que a nivel local va ayudar a los productores agrícolas a amortiguar el efecto negativo del clima”, explicaron. Sin embargo, “sobre los productores pecuarios (leche, bovinos, porcinos, aviares, etcétera), el efecto negativo es doble, al disponer de menos pasto y forrajes, y ser más caro el alimento de los animales para el resto del año”, agregaron.
Por provincias. A partir de junio de 2017, FADA publica con la misma frecuencia que el índice nacional, indicadores desglosados para las provincias de Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Santa Fe y La Pampa, midiendo la participación del Estado en la renta agrícola, así como las principales variables económicas de la ecuación agrícola.
Mientras el índice FADA nacional con efecto sequía es de 64,1%, el de Buenos Aires es de 64,9%, Córdoba 62,5%, Santa Fe 66,5% San Luis 55,7% y La Pampa 63,7%.
En los casos de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa, se consideran los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol, utilizando sus participaciones en la superficie sembrada, para luego calcular los números de una hectárea promedio de cada provincia.
Para el caso de San Luis, solo se consideran soja y maíz, ya que explican el 95% del área.
“Puede resultar llamativo que San Luis tenga una participación del Estado en la renta sustancialmente menor a las otras provincias. La explicación para este dato está en la importancia del maíz en la provincia. Mientras que a nivel nacional hay 2 hectáreas de soja por cada una de maíz, en San Luis hay 0,8 hectáreas de soja por cada una de maíz, es decir, hay más maíz que soja”, aclararon. Como se mencionó más arriba, el maíz tiene 20 puntos porcentuales menos de participación del Estado en la renta que la soja, por lo que con una mayor
ponderación de maíz en el indicador, el índice FADA para San Luis termina siendo sustancialmente más bajo que el resto.