INTERNACIONAL / PANDEMIA DEL CORONAVIRUS / La anosmia o pérdida de olfato, el dolor de cabeza, la ansiedad, la depresión y otros síntomas psicológicos y neurológicos son comunes en las personas que sufren casos severos de covid-19 así como en casos más leves.
Esto es lo que reveló un metanálisis de 215 estudios de covid-19 de 30 países, que incluyeron un total de 105.638 personas con síntomas agudos de la enfermedad.
«Fue de hecho algo que nos sorprendió. Uno esperaría que estos síntomas apareciesen en los casos más graves, pero no fue lo que encontramos, e incluso vimos lo opuesto en el caso de algunos de estos síntomas», explica Jonathan Rogers, investigador del University College de Londres y autor de la investigación.
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«Al parecer, que la covid-19 afecte la salud mental y el cerebro es la norma, más que la excepción«.
Los síntomas neurológicos y psiquiátricos más comunes fueron anosmia (43%), debilidad (40%), fatiga (38%), pérdida del gusto (37%), dolor muscular (25%), depresión (23%), cefalea (21%) y ansiedad (16%).
Rogers cree que una explicación posible a que síntomas como el dolor de cabeza o la anosmia se den en mayor medida en los casos leves es que es muy probable que un paciente al que «están trasladando a una unidad intensiva porque no puede respirar, no reporte algo como dolor de cabeza». En algunos casos, los síntomas neurológicos o psiquiátricos pueden aparecer primero o incluso ser la única manifestación de la enfermedad, dice.
«Investigaciones sobre delirio, sobre todo en ancianos, muestran que este puede ser el primer signo de covid-19, antes incluso de que aparezcan síntomas respiratorios», apunta el investigador.
Si bien el estudio no se centró en las causas, los investigadores creen que hay una serie de factores que pueden explicar los síntomas tanto neurológicos como psicológicos. «Parte de la evidencia muestra que no se producen porque el virus invada las células nerviosas, eso es algo muy raro, pero la inflamación que la covid-19 causa en la corriente sanguínea probablemente sea un factor que contribuya», señala Rogers.
Rogers se refiere a que contraer SARS-CoV-2 en el contexto de la pandemia puede hacer que el enfermo se preocupe por el desarrollo de su enfermedad (que lo internen en una UCI o la posibilidad de morirse), y sienta el impacto de estar aislado de su familia, y de no establecer la interacción usual con el personal hospitalario.
Aunque hacen falta hacer más estudios para entender mejor estos vínculos, concluye el investigador.
Fuente: https://www.bbc.com