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HISTORIA// MONUMENTO//El próximo 26 de agosto, “el ala”, el misterioso e histórico monumento a la vera de la ruta 5 que une la ciudad de Alta Gracia con Córdoba capital cumple 85 años.
La historia detrás de este excéntrico mausoleo se caracteriza por tener todos los ingredientes típicos de una serie de Netflix. Una historia de amor como pocas, la pasión por la aviación, una aventura sin precedentes y por supuesto una tragedia que cambió el rumbo de la historia.
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“El ala” es un mausoleo donde descansan los restos de Myriam Stefford, una joven (26) piloto. La particularidad de este es que además es un monumento de 82 metros de altura, 14 metros más que el tradicional Obelisco porteño.
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Este monumento lo mandó a construir Barón Biza luego de que el avión que piloteaba su joven esposa se estrellara en la provincia de San Juan. Los trabajos comenzaron en el año 1935.
Myriam Stefford era una mujer que desde su juventud estaba decidida en que su pasión era la aviación. Es por eso tomó la decisión de llevar adelante el “raid de las 14 capitales provincias”, un viaje en un monoplano en el cual pretendía recorrer gran parte del territorio nacional.
La aventura de Stefford comenzó aquel 18 de agosto de 1931. Myriam, sin ningún tipo de experiencia previa, se lanzó a la aventura más importante de su vida. Junto a su instructor de vuelo partieron desde el aeropuerto de Morón el 18 de agosto en un biplaza alemán al que denominó “Chingolo”.
El ambicioso recorrido pretendía unir 4.100 km en solo cuatro días. Pero desde el comienzo desperfectos técnicos y las malas condiciones climáticas fueron marcando y condicionando la travesía. El primer aterrizaje forzoso tuvieron que realizarlo en Salta donde chocaron contra un alambrado y el “Chingolo” quedó averiado.
Dispuesta a continuar con su odisea y contando con los recursos económicos suficientes Myriam consiguió una segunda aeronave y retomó la aventura. Finalmente, el 26 de agosto el “chingolo 2”, como había bautizado a este segundo avión, se estrelló en una zona desértica de la provincia de San Juan conocido como Mirayes y allí la joven Stefford y su instructor perdieron la vida.
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Luego de la muerte de su esposa, Barón Biza, en el aniversario número 4 de la muerte de su esposa le encargó al ingeniero Fausto Newton la construcción de esta obra. Se estima que trabajaron más de cien obreros. La obra estuvo lista el 26 de agosto de 1936.
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Baron Ibiza junto a la joven Myriam Stefford
“Maldito sea el que profane esta tumba” escribieron en el lugar en cuya cúspide hay cuatro ventanas para que fuera mirador. En la entrada del monumento quedaron el casco de Stteford, su reloj de vuelo y el timón del Chingolo II. “Viajero, rinde homenaje con tu silencio a la mujer que en su audacia quiso llegar hasta las águilas”, reza una leyenda.
El monumento fue varias veces saqueado y está abandonado. En 2015 los legisladores provinciales aprobaron la expropiación del predio, pero una causa judicial hace que el trámite siga irresuelto. Es que hay dos propietarios en conflicto, por un lado la empresa Las Peñas, que afirma haberlo comprado y por otro, Santiago Magán, nieto de Baron Biza, quien dice ser único heredero del terreno.