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“Gallardo es un punto de referencia para toda Europa porque lo siguen hace mucho”, cuenta el director deportivo de Fiorentina, y recuerda su gestión en Boca.
‘¿No podés elogiar a River?, ¿no podés decir que Marcelo Gallardo es un gran entrenador?’ Escuchó Nicolás Burdisso las preguntas y cebó otro mate. El termo tenía los colores de Boca, como varios detalles en la oficina en Casa Amarilla del director deportivo del club. “Lamentablemente no puedo. Este es un país con muchos límites para hablar de fútbol. En este país faltan fundamentos para hablar de fútbol, hay muchas susceptibilidades”, contestó.
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La respuesta tiene dos años. La charla estaba atravesada por la campaña electoral xeneize. Burdisso defendía su gestión sin confrontar. Sabía que en unos días podía quedarse sin trabajo, pero igual detallaba con minuciosidad su proyecto. Ganó Riquelme y quedó desempleado.
«El hincha no quiere escucharme hablar bien del rival de toda la vida. Hoy sí, y no descubro nada si valoro las aptitudes de Gallardo. Gallardo es un punto de referencia para toda Europa porque lo siguen hace mucho. Ahora puedo decirlo, estoy en un lugar neutro. Entender las sensibilidades, para mí, es todo, y también sigo pensado que en la Argentina no hay capacidad de análisis, y no hablo del periodismo.
Hablo en general. Para analizar algo necesitás tiempo, dedicación, estudios, información y trabajar en equipo… ‘Este le pega con un fierro, tenemos que traerlo’, escucho. Y eso no es un análisis. O ‘estamos jugando mal, no presionamos alto y sufrimos las transiciones’…, ese tampoco es un análisis. Vení, explicámelo bien, con una sólida argumentación. Todo eso necesita una gran capacidad de análisis, y no la veo en Argentina».
- Que los jugadores tengan menos interacción entre ellos, ¿no es un riego en un juego colectivo? No, porque nosotros estamos pensando según nuestros tiempos. Y hay que pensar con los métodos de ahora. Ellos, en la cancha se siguen entendiendo, por más que no jueguen a las cartas juntos.
Hace 20 años hablábamos de futbol de manera más global, casi elemental, y hoy hablan con mucha más información a disposición. Hablan con más propiedad porque la planificación de los partidos es más exhaustiva. Nosotros hablábamos de conceptos: ‘nos falta peso arriba, la defensa está floja’, cosas así. Hoy, cuando hablás de fútbol con estas generaciones, hablás con un tipo que sabe, no con alguien que estuvo todo el día con la PlayStation.
Ese es un mito. Es un prejuicio. Sí, tienen una interacción diferente, sí tienen dinámicas diferentes en el vestuario y otro tipo de comunicación con los demás y entre ellos. Pero no es mejor ni peor, es diferente. Es mentira que nos les interesa el juego o que viven en un mundo paralelo. Yo te puedo decir que, de aquella generación de Boca, quizás la más exitosa en la historia del fútbol argentino, a muchos no les gustaba el fútbol, no miraban fútbol y decían que no iban a trabajar en el fútbol. Y hoy están entrenando.
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- Te dirigieron Mourinho, Luis Enrique, Ranieri, Mancini, Carlos Bianchi, Pekerman, Gasperini y Bielsa, entre otros. ¿Alguno tenía rasgos de gestión orientado a la dirección deportiva? Bianchi y Gustavo Alfaro, que no me dirigió, pero trabajé con él en Boca, tenían un carácter de management porque sabían gestionar un montón de cosas.
Estaban en la logística y en la planificación. Pero hoy el entrenador no puede hacer este trabajo, y si lo hace, lo hace realmente mal. Si el técnico tiene que construir él solo al equipo, va a buscar a los jugadores que ya tuvo o los que les ofrecerá determinando representante. No tiene el tiempo para sentarse 5 horas por día a ver jugadores, estudiar los mercados, hacer el plano de asociación con las inferiores, sopesar los intereses del club, saber hasta dónde puede comprar y qué debe traer a préstamo… Si hace eso, a la hora de armar el equipo, habrá pensado mal la estrategia, no habrá contemplado al rival.
Si alguien me dice que puede, no le creo. A mí me encanta el entrenador obsesivo por el campo, por estar en contacto con el jugador. En comunión, pero que del resto se ocupe el director deportivo.
- Jugaste 14 temporadas en el calcio, pero en Inter, Roma, Genoa y Torino. Fiorentina te elige como su manager, sin pasado en el club. ¿Por qué? Fiorentina me llama por una cierta credibilidad que me gané en todos mis años, jugando y estando afuera de la cancha. Este trabajo es meritocrático y debe ser eficaz, te evalúan por rentabilidad.
Y lo que ha sucedido conmigo creo que también va a llegar a la Argentina: que la persona que gestione los intereses deportivos del club no tenga por qué ser un ex ídolo o deba tener un punto de referencia con el club que lo contrata. Al contrario, diría que si es ajeno está menos contaminado por el ambiente. No conocerá algunas dinámicas, pero estará menos intoxicado a la hora de tomar decisiones. Y nuestro trabajo pasa por tomar decisiones todo el día.
Fuente: www.lanacion.com.ar
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