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En 2010, Marisol agregó a Josh a su lista de amigos. La conexión fue instantánea. Recién se vieron cara a cara en 2020. Cuando ella viajó al Reino Unido en medio de las restricciones. Como matrimonio sueñan con vivir en la Argentina.
«Fue la mejor decisión de mi vida» dice Marisol Colombo (29). De lo único que se arrepiente es de no haberlo hecho antes. El 10 de septiembre de 2021 se casó con Josh Queen (28), británico, en una ceremonia íntima en Resistencia, Chaco.
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Marisol y Josh se conocieron a través de las redes sociales. “Estaba estudiando el profesorado de inglés en la universidad, y busqué una oportunidad para mejorar el idioma. En el navegador encontré perfiles de norteamericanos y británicos”, le cuenta Marisol a Infobae. A más de 12.000 kilómetros de distancia, Josh fue el único que aceptó la solicitud de amistad.
Una noche de verano ella recibió el primer mensaje. “A las pocas palabras, sentí que había una conexión muy fuerte. La conversación fluyó desde el vamos: parecía que nos conocíamos de toda la vida”, admite.
Y así fue, estuvieron diez años hablando a distancia. El avance de la tecnología achicó las diferencias: mensajes, videollamadas, fotos, video. Cualquier excusa era válida. “El vínculo solo se enfriaba cuando nos poníamos de novios cada uno por su lado, si no, él estaba presente en todos los momentos de mi vida”.
En todo ese tiempo ambos tuvieron parejas, con las que llegaron incluso a convivir, pero siempre había algo que los unía. Estaban predestinados. «Es como la leyenda romántica del hilo rojo», dice Marisol.
En marzo de 2020, Marisol, que ya se desempeñaba como docente de la Universidad Técnica Nacional en Chaco, tuvo una fuerte crisis de pareja. “Ya no daba para más. Decidí cortar. Me sentía frustrada frente a los continuos fracasos amorosos, y pensé en «si en todo este tiempo Josh sigue ahí, hay una oportunidad de algo más».
Audaz y apasionada, puso primera: “Por suerte, él estaba en plena separación. Retomamos el vínculo con conversaciones de día, de noche. El cariño estaba intacto”.
Marisol le propuso un encuentro cara a cara. Ambos querían ponerle fin a la distancia. Pero la llegada de la pandemia retrasó todos los planes. No obstante, sin pensarlo, ella compró un boleto de avión a Londres. «Me la jugué por amor. Me cancelaron el vuelo más de diez veces, hasta que lo logre».
“Cuando lo vi, no pude hacer otra cosa que correr a abrazarlo. Todo eso que había sentido por mensajes, llamados, se multiplicó por mil”, reconoce. El beso tan anhelado no se hizo esperar.
Lo que siguió después de aquel primer encuentro fue vertiginoso, sobre todo para Marisol. Convivieron casi cinco meses en Londres, donde conoció a amigos, y familiares de Josh. Adoptó costumbres gastronómicas y compartió rituales locales. «Estando con él me preguntaba por qué había perdido tanto tiempo. Estar con él me hace mejor persona”.
Días antes del cumpleaños de Marisol, Josh la invitó a recorrer la ciudad de Bath. Ella aceptó sin saber todo lo que vendría después. «Preparo un discurso en español con ayuda de una amiga, todo para pedir mi mano».
El 17 de abril del 2021, minutos antes de las doce y en plena caminata costera, él se arrodilló, la miró a los ojos, y le pidió matrimonio. «No lo dude. Le dije que si, y lloramos».
Hace tres meses que están casados. Josh debió regresar a Londres por sus obligaciones laborales. Marisol está ansiosa y ya aplicó para la visa matrimonial. Tiene al menos 60 días hábiles de espera. «Cuando salga, me mudo. Aunque él quiere vivir en Argentina, se enamoró del país. Cada día se hace más duro. Lo extraño mucho, quiero recuperar esos 10 años de distancia”.
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