POR JUSTO DAGORRET. El Papa Francisco (81), de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, es el 266.º y actual papa de la Iglesia católica. es el representante de Dios en la tierra. Es apenas un hombre que peregrina la palabra de Dios, y sus dogmas cristianos. Un sacerdote reconocido e iniciado en las costumbres jesuítas.
Para entender la actitud institucional del Papa Francisco con los hombres de la política Argentina, hay que fijarse en su formación intelectual y su compromiso social y político.
FORMACIÓN JESUITA. Ingresó al seminario del barrio Villa Devoto y al noviciado de la Compañía de Jesús. Después de dos años de noviciado, culminó sus estudios en el juniorado Jesuita de Santiago de Chile, ubicado en la casa de retiro de San Alberto Hurtado, donde ingresó al curso de Ciencias Clásicas y profundizó sus estudios de historia, literatura, latín y griego. bajo la instrucción del carismático Carlos Aldunate.
En 1976, con la dictadura militar reinando en la Argentina Francisco, como provincial de los jesuitas, tuvo diálogo con sacerdotes en peligro de secuestro y con otros religiosos que habían sido liberados.
En 2005, el entonces cardenal Bergoglio, ya siendo presidente de la Conferencia Episcopal, autorizó la tramitación de la causa para la beatificación de los seis miembros de la sociedad de vida apostólica de los Padres Palotinos, que fueron asesinados en 1976 en la conocida masacre de San Patricio.
Al mismo tiempo, Bergoglio ordenó investigar la masacre en sí, que se le atribuye mayoritariamente al régimen militar argentino. Las polémicas por la legalización de los matrimonios homosexuales y el aborto, entre otros temas, enfrentaron a Jorge Mario Bergoglio, primero con Néstor Kirchner y luego con su esposa, la mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner, así como con organizaciones políticas, sociales, de derechos humanos, feministas.
Como arzobispo y cardenal, Bergoglio fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Optó por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; así como por reforzar la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia de sacerdotes en las villas (barrios marginales). Esto hizo que fuese conocido como «el Obispo de los pobres».
FRANCISCO HA RECIBIDO A TODO POLÍTICO ARGENTINO QUE LO FUE A VISITAR. El Papa ha recibido y recibe a intendentes, legisladores, funcionarios de todos los colores políticos de la Argentina. Sin distinciones de edad, color político, condición social, o con procesamiento judiciales y/o penales. Esta política de la Santa Sede tuvo un solo destinatario: los fiscales y los jueces, quienes en definitiva deberán juzgar las actitudes delictivas.
Francisco, es fiel al juramento que los funcionarios, incluido el Presidente sobre el dogma: «»Juró por Dios, la Patria, y sobre los santos evangelios desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidenta de la Nación y hacer observar fielmente la Constitución. Si así no lo hiciera que Dios, la Patria y él me lo demanden«.
No es que Francisco, esté del lado de Cristina, de Néstor, de Zanini, de Boudou, por citar algunos sino para demostrar que ciertas cosas no se negocian, como la pobreza, el ajuste y los despidos.
Algunos a Francisco le remarcan las fotos, donde aparecen muchos de los procesados por el purgatorio «Comodoro Py» en la ciudad de Buenos Aires. Francisco sabe que estas cataratas de procesados en su mayoría por corrupción en la Argentina, tendrán su castigo terrenal y que el hombre de Dios, solo brindará su consuelo.
Francisco sabe que la corrupción de la era «K» va más allá de un robo de dinero o dólares. Porqué del otro lado ideológico está el liberalismo y el capitalismo, que son políticas duras, donde los más necesitados y/o débiles sufren el impacto social.
Siempre Francisco protegerá a la víctima, a los sectores castigados, a las minorías. Su formación intelectual y religiosa es incompatible con las políticas del Gobierno de Macri. Ajustes sin sensibilidad social. Para el jesuita ese tema es uno de los mayores pecados de Cambiemos, y la iglesia católica encabezada por el Papa se lo hace sentir.
Por el bien de Argentina, es hora de que los ajustes, los despidos masivos y la sensibilidad social no sea una cuestión de números, sino de fe. Algo que el Papa Francisco, el Dios en la tierra, no negocia.