El directorio de la empresa trabaja contra reloj para frenar una deuda que se ha tornado no sólo impagable, sino creciente, por acumulación de intereses, pero también de gastos corrientes en una estructura que quedó desbordada por el derrumbe de la actividad que provocaron las inundaciones en la cuenca lechera provocaron la reducción a la mitad la oferta de lechefluida, y el receso del consumo doméstico.
De ahí que se abocó a un riguroso plan de reestructuración que se manifestó en la decisión de cerrar cuatro plantas, que en conjunto empleaban a unas 500 personas, como primer paso para reducir de 15 a 9 establecimientos en operación y achicar la nómina de 4.000 a 2.500 trabajadores. De ahí que aún peligran los puestos de otras 1.000 familias.
Aún peligran otros 1.000 puestos de trabajo en otras dos usinas
de la láctea, para que pueda volver a ser competitiva
Así surge de la información que obtuvo el director de la revista Nuestro Agro, de Rafaela, Miguel Ruiz Díaz: «Como primer paso se ha producido una decisión de cerrar las plantas emplazadas en las localidades de Brinkman, Córdoba, (depósito importante de quesos y acondicionamiento de materia prima para seleccionarla por calidad); Coronel Charlone, Buenos AIres, (elabora roquefort); Moldes, Córdoba, (queso pasta dura para exportación y mercado interno) y Centeno, Santa Fe. Sus encargados recibieron el lunes por la tarde la orden en de no recibir materia prima y comenzarán a trabajar para desactivar las mismas».
También en los próximos días, según pudo saber Nuestro Agro, «pararán por tres meses otro par de plantas para realizar tareas de mantenimiento que son anuales y que ante la falta de materia prima se aprovechará este momento para su reacondicionamiento».
Malestar en el Gobierno por suba desmedida de salarios
Fuentes del Gobierno manifestaron su malestar porque en medio de la severa crisis económico, porque cayó drásticamente la actividad, como financiera, por la acumulación de deudas impagables, «la lácteas otorgó aumentos de salarios en paritarias de hasta el 40%, cuando está prácticamente fundida».
La crisis de Sancor comenzó a manifestarse en 2015 cuando el Gobierno de Cristina Kirhner la auxilió con un crédito blando de $250 millones; pero fueron insuficientes y un año después el nuevo Gobierno le otorgó otra asistencia por un monto similar, y no se advirtieron progresos.
Ahora el tema pasó a manos de la Jefatura de Gabinete y Presidencia, que junto con el Ministerio de Agroindustria analizan una salida con la búsqueda de un grupo empresario interesado en completar la reestructuración de la láctea y volverla productiva y competitiva.
«En el caso de Sancor, el año pasado aportamos $250 millones para que pueda recomponer su situación y terminó convalidando subas salariales que estaban por arriba de sus posibilidades», dijo el ministro Ricardo Buryaile, remarcó en Expoagro, en diálogo con una periodista de Perfil. «Este año no va a haber un aporte similar», agregó.
Ahora la láctea de Santa Fe y Córdoba negocia un crédito por USD 450 millones para capear la crisis, sin aportes del Estado, según publicó El Cronista.
El Secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera, Héctor Luis Ponce, solicitó a través de su cuenta de Twitter a la empresa SanCor que informe su situación financiera, debido a que tienen información que muestra que la compañía «está comprometida su continuidad en el corto plazo».
Según Marcelo Aimaro, titular de la Mesa de Productores de Leche de la provincia de Santa Fe (Meprolsafe), la láctea «debe más de lo que tiene» debido a que «ya vendió las joyas de la abuela».