Por Justo Dagorret
En lo que va del 2018, las política de Cambiemos, a nivel nacional, están calando hondo en las economías hogareñas.
Un rápido análisis, banal y vulgar se llega a la conclusión que la situación es alarmante. Macri endeudó al país con millones de dólares con el FMI, la inflación llegará al 25 o al 30% anual. El dólar que trepa a los 29 pesos es negocio para unos pocos. El combustible, materia esencial para transporte y la economía familiar, son un lujo.
- ¿Esto es el cambio?. Una sensación personal y confirmada por encuestas como la de Gustavo Córdoba, en el descenso de la imagen de Mauricio Macri, es preocupante. La respuesta es clara, está perdiendo capital político, es el capital que se necesita para imponer políticas a corto y mediano plazo.
Los comerciantes de la ciudad de Río Tercero, viven su momento más crítico; bajas ventas, presión fiscal, proveedores que actualizan sus productos en dólares. Así, es difícil progresar. El Gobierno Nacional empecinado en un gradualismo, o mejor dicho en una actualización de los costos de la democracia, está llevando a las pequeñas y medianas pymes al borde la extinción.
¿Quiénes se benefician? A un dólar de 29 pesos la respuesta es fácil: exportadores de productos (grúas, máquinas agrícolas), grandes productores de cereales, banqueros y todo aquel que con un dólar inestable lleva a la especulación a ganar dinero fácil. En conclusión, el más beneficiado es el grupo de unos pocos.
En lo alto de la pirámide los grupos concentrados de poder político y económico son los más beneficiados por las políticas de Cambienos, Los del medio y los de abajo -clase media y baja- sufren el gradualismo.
En definitiva, este pensamiento retórico es bajo un clima de tensión. Un clima donde el frío, el dólar, cambios de Gabinete y el empate de Argentina en el Mundial de Rusia hacen un domingo poco feliz.