El Ojo Web Información periodística de Río Tercero y la región
Es el tercer incremento en menos de un mes y responde a una carga impositiva. Podría haber otra suba en el precio producto de la inestabilidad de la moneda estadounidense.
Este sábado, el precio de la nafta y el diésel vuelve a aumentar por tercera vez en menos de un mes, en medio de la escalada del dólar. El incremento, que ya estaba pactado y responde a una carga impositiva establecida por la Ley 24.430, tendría un impacto de hasta el 1,6 % en los combustibles, según deslizaron desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y afines de la República Argentina (CECHA).
“Aumenta la nafta y el diésel por el impuesto a los combustibles. Eso ya estaba pactado por la Ley 27.430, que está acordado para marzo, junio, septiembre y en diciembre. Son los aumentos que tienen los impuestos del dióxido de carbono y de los combustibles. El impuesto aumentaría el 1,6% las naftas y el 1,2 % el diésel”, sostuvo Gabriel Bornoroni, vocero de la CECHA.
La suba, solo por los impuestos, sería de 60 centavos para la nafta, y $0,40 para el diésel. En ese sentido, Bornoroni no evitó referirse a cómo podría impactar la suba de la moneda extranjera en los combustibles. “Con un dólar a 30 pesos, el atraso que teníamos era del 14,2 % y con un dólar a$40 estaríamos hablando de un atraso del 30 por ciento“, manifestó.
El litro de nafta súper está a $29,37 en las estaciones oficiales de YPF y todo indica que subirá a más de $30. La “premium” se despacha a $35.37, por lo que se la estima en $36. El gasoil común está en $25.71, y se iría a $26. Ese mismo combustible, pero en variedad de mayor calidad, está a$31.
Por estas horas, la mayor preocupación se centra en la posibilidad de que las petroleras apliquen una suba aún superior a la acordada, si es que a la carga impositiva se le suma la escalada del dólar, que impacta directamente en el precio de los combustibles. “En el último aumento que hicieron en junio sumaron el impuesto, lo que las firmas decidan puede llegar a ser un 5 por ciento, más las cargas acordadas”, agregó Bornororni, quien de esta forma dejó las puertas abiertas para que esto ocurra.
El complejo contexto económico también afecta la rentabilidad de las Estaciones de Servicio, que según un estudio de la CECHA, una boca de expendio de la Capital Federal necesita despachar, como mínimo, 370 mil litros mensuales para subsistir. El análisis se basa en un establecimiento con 10 empleados y un mix de consumo que se compone de 53,3% de naftas y 46,5 de gasoil. En este escenario, la entidad emitió otro comunicado en el que alertó sobre un posible desabastecimiento, como ocurrió semanas atrás.
