INTERNACIONAL/INDONESIA. Un tsunami causado por una erupción volcánica ha dejado 222 muertos, centenares de heridos y un paisaje de destrucción en la costa indonesia. Es el último desastre que asola el país del sudeste asiático en un año en que los terremotos, tsunamis y accidentes aéreos lo han empujado con frecuencia a la crónica de sucesos. Detrás está el “hijo” del volcán Krakatoa, un nombre con resonancias trágicas desde su erupción dos siglos atrás.
Las cadenas de televisión locales han mostrado las olas tragándose la tierra. En la playa de Carita, un célebre destino al oeste de Java, el tsunami dejó sobre la arena los fragmentos de tejados y árboles arrancados.
“Llegamos a las 9 PM (hora local) para pasar las vacaciones y de repente llegó el agua. Todo se volvió negro. No había electricidad”, ha explicado Muhammad Bintang, de 15 años, a la agencia France Press. “No lograba arrancar la moto, así que salí corriendo. Recé y corrí todo lo rápido que pude”, ha señalado Lufti al Rasyid, al que el tsunami sorprendió en la playa de Kalianda.
La Agencia Geológica de Indonesia estudia aún lo ocurrido para ofrecer una explicación más detallada. Gegar Prasetya, del Centro de Investigación de Tsunamis de Indonesia, apunta al derrumbe de un área de la ladera del volcán provocada por la erupción como origen del posterior tsunami. La ola, según el experto, no fue excesivamente alta. “El problema es que los locales tienden a construirlo todo cerca de la orilla”, ha explicado a la agencia AP. El Gobierno ha contabilizado daños serios en 430 viviendas, nueve hoteles y 10 barcos.
Falta de mecanismos de alerta
El desastre volvió a desnudar la falta de mecanismos de alerta ante fenómenos que son frecuentes en la zona. El Gobierno ya confesó tras otro tsunami mortal ocurrido meses atrás que las boyas que miden las oscilaciones de la altura del agua llevaban años inoperativas. También esta vez la reacción fue mejorable.
Las autoridades pidieron a la población que no entrara en pánico informando de un simple aumento de la marea y descartando el tsunami. “Si hubo un error al principio, lo lamentamos”, asumió en Twitter la agencia de gestión de desastres.
El volcán Anak Krakatau, de 305 metros de altura, ha estado en erupción durante los últimos seis meses, lo que había aconsejado extender la zona de exclusión hasta los dos kilómetros. Forma una pequeña isla en el estrecho de Sonda, a 200 kilómetros al suroeste de Yakarta, que emergió en el océano décadas después de la devastadora erupción del volcán Krakatoa en 1833. Las crónicas hablan de 36.000 muertos y una columna de cenizas, piedras y humo que trepó hasta los 20 kilómetros de altura. La catástrofe sumió a la región en la oscuridad y dejó notar sus efectos en buena parte del globo.
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