CONFLICTOS URBANOS/CLUB DE LOS ABUELOS. Por Justo Dagorret
El conflicto originado por una familia que su vivienda familiar conlinda con el Club de los Abuelos, ubicada en calle Leandro Alem, en pleno barrio Belgrano, sigue teniendo capítulos de reclamos por parte del club. La familia Zárate, damnificada en la estructura de su vivienda, seguramente por los altos ruidos hizo meses atrás la correspondiente demanda judicial por daños materiales. La otra parte el Estado Municipal insiste con el encuadramiento de las exigencias al salón de fiestas a la ordenanza respectiva.
Esta semana, un grupo de abuelos, acompañados por su presidente Pedro Campos concurrieron a las oficinas municipales del Secretario de Gobierno: Rafael Prado, para reclamar la habilitación del salón para realizar los clásicos bailes.
Argumentos pocos sólidos. Desde el club se argumenta que se realizaron bailes en otros salones de Río Tercero, supuestamente para jóvenes y no para gente de la tercera edad. En esos casos se cumplieron con las exigencias de seguridad municipales. Hay que aclarar que el salón de fiestas del Club de los Abuelos no tiene habilitación municipal, porque no cumple con los requisitos de acústica, por consecuencia las autoridades de Seguridad Municipal no autorizan la correspondiente apertura.
Es cierto, que los abuelos tienen su espacio y merecen disfrutarlo, pero también es cierto que el propio funcionario municipal Rafael Prado, ofreció a los abuelos alternativas de realizar bailes en otros salones abonados por el municipio. Es más, casi todos los trabajos de arreglos que se hicieron en el club fueron aportes municipales y de la Cooperativa.
Deberían, las autoridades del club realizar otros eventos o en otros lugares para juntar el dinero que demanda ajustarse a las exigencias de las ordenazas.
Otro argumento sin sentido, es que el club hace 40 años que está en pleno barrio Belgrano, y le daría cierto «derecho», sobre el resto de los vecinos. Este sería un caso testigo de la tan esperada ordenanza que los concejales no terminan de reglamentar sobre Espectáculos Públicos.
Ordenanza de Espectáculos Públicos. Cuando se realiza un espectáculo con concurencia de gente y se daña el derecho de un vecino o se perjudica económicamente a una institución es función del Estado resolverlos, pero debe existir una condición; buena voluntad entre partes y leyes claras.
La prórroga administrativa de parte del municipio para la habilitación del salón del Club de Abuelos terminó el 1º de junio pasado, y según fuentes municipales debían cumplimentarse algunos requisitos en su infraestructura, sobre todo en el tema sonoro, para estar dentro de los términos de la ordenanza vigente.
Cada quince días los abuelos organizaban un baile. Unas 150 personas son las que asisten a las populares fiestas con orquesta incluída.
Por último, lo justo no quita lo valiente. La solicitud del municipio de ajustarse a las ordenanzas debería ser una cuestión normal y de derecho. En este caso, un vecino se siente perjudicado y recurrió a la Justicia y el club deberá entender que la solución es buscar alternativas de recaudar fondos para terminar las obras de acústica y no esperar que la solución provenga del municipio.
La resolución de los conflictos entre vecinos, se basa en ajustarse a las a leyes y a la predisposición de las partes.
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