POR MARTÍN MASSITI / DIARIO DEL VIAJERO DEL OJO WEB / DÍa totalmente emocionante para mí. Más allá de querer conocer el monte Fitz Roy, anhelaba con todas mis ganas poder avistar el cerro torre con sus dos compañeros macizos en su lateral.
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Extrañamente el día amaneció sin viento. Pero eso duró tan solo unos kilómetros porque llegando a la laguna «el sin vergüenza» comenzó a soplar de tal manera que no se podía estar sin resguardarse. Independientemente del viento que haya, el camino hasta el glaciar es largo, pero bastante fácil ya que prácticamente el sendero no presenta desnivel.
El tramo “más difícil” es llegar hasta el Mirador Maestri, donde está el verdadero espectáculo. Desde lo alto del mirador puede observarse el largo de la turbia laguna torre, la lengua del glaciar junto a sus cuevas y la frutilla del postre, el cerro torre, que pese a la cantidad de nubes que lo cubría, se tomaba algunos minutos para dejarse apreciar.
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Probablemente haya sido el lugar que me inspiró, pero tengo la certeza que mi gran musa para tomar las mejores fotos que hice hasta ahora fue Cami, que después de mirarla a los ojos y con el cerro de fondo le dije: “A este regalo de la naturaleza no quería presenciarlo con nadie más que con vos”.
La vuelta fue veloz, ya que, como mencioné antes, el camino es bastante fácil. Aprovechamos el horario para hacer unas compras en el súper y mirar una serie en la cama acompañada de chocolate y un buen vino blanco frutado.