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DEPORTES / JUEGOS OLÍMPICOS / Sho Sakai, uno de los mejores clavadistas de Japón, quien además terminó quinto en la prueba de salto sincronizado de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 junto a su compañero Ken Terauchi, sorprendió a todos en esta máxima cita deportiva al confesar que padece una extraña enfermedad.
El atleta de 28 años sufre urticaria colinérgica, que genera que su piel, al estar en contacto con el agua, se sensibilice y, por lo tanto, sienta dolores agudos como si fuesen pinchazos en todo su cuerpo. Es por eso que no puede tomarse duchas extensas ni mucho menos nadar un largo rato en una pileta, como cualquier otra persona. Lo curioso de este caso es que en su disciplina está obligado a saltar al agua.
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“Es como el dolor punzante de una aguja que se clava en la piel y, si bien la temperatura corporal baja puede mantener los síntomas bajo control, es imposible para mí, como atleta, hacer todo eso.
En la piscina, sudo después de una hora y me duele, así que no puedo concentrarme en absoluto. Incluso un médico me dijo que mi cuerpo no era adecuado para una carrera como atleta”, reveló Sakai en The Sun.
“Eso fue impactante y fue difícil para mí aceptar que una enfermedad de la que nunca había oído hablar pudiera hacer que dejara de competir. Odiaba todos los días pero, después de quedarme en casa durante dos meses, pude afrontar las cosas correctamente.Siempre estoy consciente de mantener la temperatura de mi cuerpo lo más baja posible. También me preocupo por mis niveles de azúcar en sangre y trato de evitar la exposición a demasiada luz solar”.
Si bien existe medicación para paliar los dolores de esta rara enfermedad, el japonés la abandona al momento de participar en una competencia, para que no lo perjudique en un control antidoping. Durante esos períodos sin pastillas, Sakai se somete a la acupuntura y hasta algún tipo de inyección.