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INTERNACIONAL /La última esperanza de paz está puesta en una cumbre entre el Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el canciller ruso, Serguei Lavrov, este viernes en Ginebra. Los analistas militares creen que, si esas conversaciones fracasan, antes de fin de enero se producirá el avance de las tropas rusas-
Rusia ya desplegó todo su poderío militar y podría comenzar en cualquier momento su largamente anunciada invasión de Ucrania. Lo confirmó el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken: “podría ser en muy poco tiempo”.
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El ministerio de Defensa ucraniano calcula que hay unos 127.000 soldados rusos en sus fronteras, baterías de misiles de corto y mediano alcance, al menos dos grandes hospitales de campaña, submarinos y barcos en el Mar Negro y miles de tanques estacionados al lado de las rutas de acceso. Un despliegue que el mundo no veía desde los preparativos de las fuerzas armadas estadounidenses previos a la Guerra de Irak.
En una visita a Kiev para mostrar su apoyo a Ucrania, Blinken dijo que los ucranianos deberían prepararse para días difíciles. También aseguró que Washington seguiría proporcionando ayuda en materia de defensa a las fuerzas armadas ucranianas y renovó la promesa de imponer severas sanciones a Rusia en caso de una nueva invasión. Una declaración que reafirma que Estados Unidos no está dispuesto a enviar tropas para enfrentar a los invasores. Tampoco lo haría el resto de los ejércitos de los países integrantes de la OTAN, la alianza militar occidental.
Las declaraciones pesimistas de uno y otro lado mostraron el abismo existente entre Washington y Moscú -tras tres rondas de negociaciones en los últimos días-, mientras Blinken se prepara para una reunión con el canciller ruso, Sergei Lavrov, el viernes, que un analista ruso de política exterior calificó de “probablemente la última parada antes del choque de trenes”. El jefe de la diplomacia estadounidense prometió continuar con sus “esfuerzos incesantes para evitar una nueva agresión” y aseguró que el despliegue militar ruso se estaba produciendo “sin provocación, sin razón”.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió que “los envíos de armas de Occidente a Ucrania, las maniobras militares y los vuelos de aviones de la OTAN” eran los culpables del aumento de las tensiones en torno a Ucrania. Mientras que el vicecanciller ruso, Sergei Ryabkov, intentó bajar el tono de la disputa diciendo que él no creía que hubiera riesgo de “una guerra a gran escala”.