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NACIONALES / «Presente un proyecto sobre la cadena láctea, en la Cámara, destinado a todos los productores de la cadena láctea en la Argentina. Es una economía que tiene altos costos de producción y mucho valor agregado, que en su mayoría son PYMES y que deben estar en economías regionales para que puedan acceder a beneficios», plantea la Diputada al Ojo Web.
El proyecto implica que a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, se declare a la producción láctea como Economía Regional y reconozca el acceso y tratamiento diferencial para programas específicos, esquemas de Derechos de Exportación, regímenes diferenciales y políticas focalizadas.
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Según datos publicados por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) y la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), en nuestro país hay 10.076 tambos que produjeron más de 11.550 millones de litros de leche el año pasado, originando más de 45.500 empleos en forma directa.
ECONOMÍA REGIONAL. Los tambos argentinos presentan rasgos productivos comparables, lo que se traduce en una producción homogénea debido a la concentración de unidades productivas con similares patrones de producción y problemáticas.
Esta concentración de tambos trasciende las fronteras formales de límites políticos, conformando una comunidad económica y social integrada alrededor de la Cadena Láctea. La producción láctea es intensiva en mano de obra. A diferencia de la agricultura, los trabajos e inversión son diarios, forman parte de un engranaje que requiere desde la energía eléctrica provista en su mayoría por cooperativas, a talleres que arreglan las herramientas utilizadas, de veterinarias que proveen medicamentos a gomerías que reparen cubiertas.
La producción láctea requiere de inversión continua, más allá del tamaño que la explotación tambera tenga, por esta razón genera oportunidades laborales, contribuye al desarrollo económico y crecimiento en las localidades y estimula el arraigo de los jóvenes en campos y pueblos. La leche es un producto perecedero que necesita ser elaborado para su exportación.
La leche es un producto industrializado, desde el ordeñe hasta su consumo como producto elaborado (leche pasteurizada, leche en polvo, dulce de leche, quesos en sus diversas variedades y subproductos como sueros) hay un enorme proceso de tecnificación con un altísimo componente de valor agregado que se genera en origen.
Para la Diputada Gabriela Brouwer de Koning: «Son cientos de localidades del interior las que sostienen sus economías en función de esta agroindustria que exporta el 25% de la leche procesada, generando un aproximado de 1.676 millones de dólares anuales»
Existen 670 usinas lácteas en el país. Según datos publicados por la Dirección Nacional de Lechería, para el mes de junio de 2023, se encuentra trabajando en un 45,6% de la capacidad de recepción de leche cruda.
La contraparte es una capacidad ociosa del 54,4% que podría aprovecharse incentivando la producción y exportación de la cadena láctea. Con precios bajos fijados artificialmente y costos de producción dolarizados encarecidos por las políticas de recomposición de reservas, incrementar la exportación permitiría mejorar el precio que los productores reciben por la leche.
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Para esto, la cadena láctea necesita contar con los beneficios que el actual esquema de Derechos de Exportación mantiene de tratamiento diferencial tanto para los productos de las Economías Regionales, como para bienes con mayor agregación de valor.
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De acuerdo a la Subsecretaría de Desarrollo de Economías Regionales (SSDER, 2021) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación: “El término “Economías Regionales”, es un concepto dinámico que evoluciona constantemente en el tiempo, al que define como el “conjunto de relaciones sociales, culturales y económicas que conforman un sector agrario integrado por personas humanas y/o jurídicas vinculadas a la producción primaria y cuyos sistemas de producción, elaboración, industrialización, distribución y comercialización se desarrollan en zonas agroecológicas diversas y no se encuentran incluidos en aquellos sistemas tradicionales y dominantes de la Región Pampeana.
Poseen un desigual y heterogéneo acceso a los recursos materiales, aún dentro de la región en que se encuentran, requiriendo del apoyo del Estado a través de políticas tendientes a alcanzar la equidad social y territorial”.
MÁS SOBRE EL PROYECTO
Debiendo además cumplir con alguna de las siguientes condiciones:
- Se ubican en una región agroecológica específica y necesaria para su desarrollo.
- Generalmente, utilizan mano de obra intensiva, permanente y/o temporaria.
- Se encuentran en el territorio de las provincias de menor grado de desarrollo relativo.
- El desarrollo de las actividades es realizado en su gran mayoría por pequeños y medianos productores y MiPyMEs agrarias y agroindustriales”.
Resulta claro que la lechería cumple con la definición provista por la SSDER en tanto a las relaciones sociales, culturales y económicas que la conforman y satisface las 3 de las 4 condiciones previstas.
- El 94 % de la producción está concentrada en una región agroecológica específica, la región pampeana
- Se desarrolla bajo un modelo productivo intensivo en mano de obra, siendo reconocida como la actividad que concentra la mayor generación y requerimiento de mano de obra intensiva del sector agropecuario, según Resolución 211 / 2011 del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
- Es desarrollada mayoritariamente por pequeños y medianos productores lecheros, como lo demuestra el Programa de Asistencia Impulso Tambero implementado a comienzos de año por el Ministerio de Economía para asistir a tambos pequeños y medianos (Resolución 27/2023) y que según datos del mismo ministerio benefició al 79% productores lecheros del país.
Y aunque no se desarrolla en el territorio de provincias con menor grado de desarrollo, no puede ser considerada parte de los sistemas dominantes de la región pampeana, ya que su desarrollo entra en clara competencia por el uso del suelo con las producciones agrícolas. En la práctica, el reconocimiento a la lechería como economía regional necesaria para acceder, por ejemplo, al “Programa Impulso al Desarrollo de las Economías Regionales” está sujeto a la decisión del Poder Ejecutivo Nacional.
En cierta medida, la implementación del Programa de Asistencia Impulso Tambero 1 y 2 reconoció la condición de economía regional a la Lechería, dado que se lo oficializó dentro del “Fondo Incremento Exportador” destinado a financiar programas que tengan como objeto atender a las economías regionales. (Resolución 27/2023 del Ministerio de Economía).
Sin embargo, este reconocimiento sui generis, a través de programa con duración de 4 meses y 2 meses respectivamente, no alcanza revertir la crítica situación del sector en un marco de sequía, diferencial cambiario y políticas erráticas que llevaron al cierre de 400 tambos el año pasado.
De ser declarada Economía Regional, la Producción Láctea tendría acceso al Programa de Impulso de Desarrollo de las Economías Regionales. Dicho programa se sustenta en dos ejes: asistencia financiera y asistencia técnica. El primero busca mejorar la competitividad, la infraestructura rural y promover el acceso a los mercados externos y el segundo, a favorecer la transferencia de las innovaciones tecnológicas que surgen en el sector. Dos ejes fundamentales para el desarrollo del sector lechero.
«El reconocimiento de la Producción Láctea como Economía Regional resulta de suma importancia para potenciar el desarrollo e impulso de la actividad. Necesitamos más producción y exportaciones, en cantidad y calidad. Necesitamos políticas que acompañen a los sectores que generan empleo y es por ello y por todos los motivos expuestos que pido el acompañamiento de mis pares al presente proyecto», concluye Gabriela Brouwer.