“Es la invitada perfecta para cenar porque tiene historias interesantes”, aseguró Joe Conant, de 62 años, un enfermero que conoció a Hoffner en 2018 en el centro para adultos mayores. Había sido cuidador de una amiga de Hoffner y quedó impresionado por su calidez y curiosidad.
Llegar a un siglo de vida, dice Hoffner, a menudo significa vivir la muerte de los seres más queridos. Aun así, siempre surgen nuevas amistades, aseguró, y ella encontró eso en Conant. En 2019, él le mencionó a Hoffner durante la cena que iba a hacer paracaidismo.
Derek Baxter, el instructor de Skydive Chicago que saltó con Hoffner, mencionó el lunes que quería asegurarse de que ella pudiera levantar las piernas durante el aterrizaje. “Lo hizo mucho mejor que la mayoría de la gente”, señaló Baxter, cuyo descenso con Hoffner el domingo fue el salto número 10.402 de su carrera
En el descenso, Hoffner “gritó todo lo que quería”, relató. El video del salto muestra a Hoffner mirando a su alrededor con los ojos muy abiertos bajo las gafas y su suéter color azul cielo que ondeaba mientras descendía en el paracaídas, al parecer relajada. (Más tarde se lamentó de que se le había olvidado rezar antes del descenso).

