ACTUALIDAD / Julio César Grassi, condenado en 2009 por delitos de abuso sexual agravado, podría obtener su libertad anticipada tras haber cumplido dos tercios de su pena de 15 años. Grassi, quien atacó sexualmente a dos menores, sigue afirmando su condición de sacerdote y su deseo de ejercer como tal.
En diálogo con el medio Cadena 3, monseñor Mauricio Landra, obispo auxiliar de Mercedes Luján y experto en derecho canónico, explicó que la situación de Julio Cesar Grassi es compleja. «Lo que trata hoy la Justicia es su solicitud como ciudadano, y eso no afecta su condición de sacerdote«, afirmó.
Sin embargo, Landra aclaró que, a pesar de su condena, Grassi no ha perdido su estatus clerical, aunque tiene una suerte de «medida cautelar» de la Iglesia que le prohíbe el ejercicio público del ministerio sacerdotal hasta que la Santa Sede se expida de manera definitiva.
La prohibición implica que Grassi no puede oficiar misa ni administrar sacramentos públicamente, aunque puede celebrar misas en privado. «No es una expulsión», indicó Landra, señalando que la decisión final sobre su estatus clerical recae en la Santa Sede, no en la diócesis local.
El obispo también destacó la preocupación dentro de la comunidad católica por la prolongación del proceso. «No es cómodo para nadie la prolongación del tiempo. La justicia necesita tiempo, pero a veces cuando no hay una respuesta, a todos nos va a doler», expresó.
La situación de Grassi ha generado inquietud entre los miembros de la Iglesia, quienes se preguntan por qué aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre su estado, dado el carácter grave de sus delitos. «El dolor por el paso del tiempo siempre produce un poco de perplejidad, de incertidumbre o incluso de descrédito», concluyó Landra.