viernes , octubre 18 2024
"Las organizaciones de trabajadores están forzadas a revisar su nuevo rol; porque el veloz cambio es para todos, con el riesgo de no hacerlo y terminar yendo en contra de sí mismos", recalca Pajtman.

IMPACTO

 

Por Carlos Pajtman, Abogado, M.P: 10-092.

El futuro no es lejano, los acontecimientos lo demuestran. Ocurre en este caso en nuestra región con Petroquímica Rio Tercero, y esto es parte de ese futuro que se creía lejano. Un botón como muestra.

El hecho que nos atraviesa sin piedad un futuro no planificado, nos obliga, nos desafía y es posible que nos arroje a situaciones tan difícilesy más riesgosas que la que estamos viviendo.

Nos enfrentamos a un proceso de descapitalización de un enorme volumen de la población, junto a la privatización de los recursos públicos.Y esto es global. Recién empezamos a verlo en el aquí y el ahora.

 

 

La situación particular de las pérdidas de puestos de trabajo en la Industria Química de Rio Tercero marca un avance del futuro, vertiginoso y al menos, delicado para la vida de una ciudad y de la región.

Son puestos laborales con salarios “calificados”; a poco de hacer números veremos que la cifra que se quita a la circulación monetaria es demasiado grande para ignorarla.

A ello hay que sumarle el efecto divisor de la economía, que es más de lo que, con acierto, el Intendente Ferrer señaló como “efecto dominó”, y significa que cuando se retrae la oferta laboral,  a su vez la cadena de fuentes de trabajo sigue secándose como una cascada inversa.

 

 

La ausencia de doscientos puestos de trabajo (sumando trabajadores de otros rubros), de salarios altos, significa además otro impacto y es que las personas que recibían un trabajo gracias a esos ingresos, por dar un ejemplo, el contrato de una niñera por algunas horas, se reducirá o se perderá: y los gastos que se podían permitir como salir a cenar o pasear, se reducen o se dejan de hacer; con lo cual, el dueño de la pizzería y el que alquila botes en el lago, ven una merma en sus respectivos negocios y así en una cadena que puede transformarse en bucle.

No es el fin, pero sí el principio del fin de una manera, de un sistema de vida.

Las estructuras sociales requieren mejores reflejos, los representantes, de lo que sean, no representan como se cree que debiera ser; las formas comunitarias variaron con un sentido diferente, el comportamiento humano se ve obligado a reflexionarse a sí mismo.

 

 

La tecnología ya modificó el mundo y seguirá haciéndolo. La realidad laboral también se modificó y así como en un tiempo, la irrupción de alguna tecnología como por ejemplo el ascensor automático hizo desaparecer a los ascensoristas y por más movilizaciones que se hicieron, los ascensores son automáticos nos guste o no; la visión del cambio es la misma, pero a mayor velocidad.

Las organizaciones de trabajadores están forzadas a revisar su nuevo rol; porque el veloz cambio es para todos, con el riesgo de no hacerlo y terminar yendo en contra de sí mismos.

La destreza que se requiere, entre muchas más, es mirar con una prospectiva de cinco a diez años en las planificaciones de pequeñas estructuras sociales y un poco más lejos para las grandes.

El futuro no es lejano, nos sorprende y también nos atropella, pero no por eso debemos dejar de planificarlo, preparar escenarios, tratar, en lo que se pueda, que el futuro sea posible.

 

 

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